A priori, a nadie se le ocurriría comerse una seta denominada peligrosa por los expertos en la materia. Este principio debería ser extensivo a todas aquellas plantas consideradas venenosas y el estramonio es una de ellas. Al menos, si se ingiere directamente. «Tomar estramonio es como jugar a la ruleta rusa: no sabes el efecto que va tener. Las consecuencias se parecen más a un envenenamiento por setas que a un tema de drogas», advierte Cecilio Venegas, presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Badajoz.

Este experto indica que todas las drogas son fruto de la purificación del principio activo de una planta. En el caso del estramonio, ese principio se utiliza con fines curativos y analgésicos para tratar enfermedades como el párkinson o para dilatar las pupilas. Los efectos de comer la planta directamente, sin embargo, son mucho menos saludables e incluso letales.

«Se trata de una sustancia especialmente tóxica para el sistema nervioso, en particular. Produce alucinaciones y afecta al nivel de consciencia. Puede producir convulsiones y ceguera, ya que origina una dilatación en la pupila de manera que sólo se ve claridad. También tiene efectos en el corazón: produce arritmias. Origina una toxicidad generalizada que ataca también el aparato digestivo. Su ingesta puede suponer la pérdida del conocimiento y derivar en un coma», explica el doctor Demetrio Pérez, adjunto del servicio de la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital Infanta Cristina de Badajoz.

Reconoce que en Extremadura no es habitual tratar intoxicaciones por esta sustancia, pero insiste en que sus efectos en el organismo son casi inmediatos. Abunda en que las consecuencias dependerán de la cantidad de estramonio que se haya tomado y de la forma en que se haya hecho, aunque aclara, que en la mayoría de los casos, la intoxicación suele ser por vía digestiva.

Según el doctor Pérez, en la actualidad no existe ningún antídoto para tratar esta intoxicación. «Lo único que podemos hacer es combatir los síntomas que presenta el paciente mediante las medidas generales: rehidratarle con suero y mantener la respiración por medios artificiales o naturales. Realizarle un lavado gástrico, para evitar que se absorba los restos que todavía pueden quedar en el estómago. Y, también, tratar la hipertermia (una fiebre exagerada que puede ser dañina) normal en estos cuadros, utilizando medidas físicas: enfriar el cuerpo como sea posible», relata el doctor.

Efectos casi inmediatos

Todo ello contando con que la intoxicación no haya sido mortal y sea tratable. En este sentido, apunta Demetrio Pérez, que lo determinante es qué cantidad de tóxico se ha ingerido y, por supuesto, que se trate a tiempo porque «el efecto es muy rápido. Los primeros síntomas aparecen unos 15 minutos después de la ingesta».

La nota positiva es que la mayoría de los casos, según este experto, evolucionan sin secuelas, a no ser que haya habido complicaciones clínicas. «Si el organismo es capaz de combatir el tóxico se puede sobrevivir, pero también hay muchas posibilidades de que el paciente muera», sentencia Demetrio Pérez.

Los expertos insisten, por tanto, en que se trata de una sustancia cuyos efectos van mucho más allá de los que surgen tras la ingesta de drogas como la cocaína. «Es verdad que tiene efectos euforizantes pero todo lo demás que lleva aparejado debería ser motivo de rechazo inmediato. Porque hay drogas cuyo uso está estandarizado y teóricamente sabes lo qué son y qué efectos tienen, pero comer algo frente a lo que no sabes cómo va a reaccionar tu organismo… Sólo con la certeza de que es un veneno… No tienen ningún sentido. Es algo que está más cercano a comerse una seta que sabes que es venenosa», argumenta Cecilio Venegas.

El presidente de los farmacéuticos pacenses insiste en que ingerir estramonio es como jugar a la ruleta rusa. «No sabes qué cantidad de principio activo estás ingiriendo solo sabes que es malo», afirma.

El doctor Pérez, por su parte, secunda la postura de Venegas y advierte que, en todos los casos, los resultados son de intoxicación, independientemente de la constitución o del organismo de cada cual.

Para alertar de estos peligros, el secretario general de Servicios a la Ciudadanía, Atención Sanitaria y Social y Familias, Francisco Javier Fernández Perianes, anunció ayer que la Junta va a iniciar una campaña de sensibilización, concienciación y educación acerca de sustancias tóxicas como el estramonio. El objetivo es evitar más casos como el de Miguel.