El Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (EMCDDA, por sus siglas en inglés) ha hecho públicos varios estudios para entender los efectos que la pandemia y la crisis provocada por la COVID-19 tienen sobre diferentes aspectos relacionados con las drogas como por ejemplo los mercados, los servicios, las personas usuarias y los patrones de uso. A continuación destacamos los principales informes publicados por el organismo recientemente:

  • El impacto de la COVID-19 sobre los patrones de uso de drogas y daños relacionados con las drogas en Europa: El estudio describe como las medidas de confinamiento tomadas en los diferentes países europeos para contener la pandemia y la consiguiente disrupción causada en los mercados de drogas de la calle han reducido tanto la oportunidad de uso de drogas en ambientes sociales como la disponibilidad de algunas sustancias. Los principales hallazgos del informe describen una disminución del uso de drogas estimulantes, pero también encuentran repuntes en el consumo de cannabis y de sustancias lícitas. Más específicamente, se ha observado que ciertos grupos han incrementado el consumo de alcohol y de medicinas con receta como medida para tratar la ansiedad y la depresión durante el confinamiento.
  • Mercados de la droga de la UE – Impacto de la COVID-19: El EMCDDA y Europol han llevado a cabo este estudio para entender cómo se han desarrollado los mercados de drogas durante la COVID-19 y qué impacto han tenido en temas de seguridad interna y salud pública dentro de la UE. El análisis destaca precios más altos, carencias locales y pureza reducida para ciertas drogas, pero también ha observado que la violencia ha continuado entre los proveedores y los distribuidores. También concluye que los grupos de delito organizado han seguido activos y fuertes y han adaptado los modelos de transporte, las rutas de tráfico y los métodos de encubrimiento incluso durante la pandemia.
  • Impacto de la COVID-19 en los servicios de drogas y la búsqueda de ayuda en Europa: Los resultados resaltan que los confinamientos han reducido el número y provisión de servicios de tratamiento y de reducción de daños en la mayoría de los países europeos. Los servicios de drogas, igual que otros servicios de salud, se han encontrado con los siguientes retos: carencia de personal, dificultades para acceder a equipos de protección individual, gestión de pacientes contagiados y vulnerabilidad de los y las profesionales hacia el contagio. Los resultados preliminares del estudio demuestran que los servicios de drogas se han adaptado e innovado durante la COVID-19. Las consultas de telemedicina por teléfono o video han emergido como alternativa a las visitas presenciales en todo el territorio.
  • COVID-19 y drogas – Suministro de drogas a través de la red oscura: El estudio analiza la actividad en tres mercados de red oscura (Agartha, Cannazon y Versus) durante los tres primeros meses de 2020. Debido a que la situación ha evolucionado muy rápidamente, el informe no aporta una visión profunda del tema sino unas consideraciones preliminares y una fotografía de los desarrollos en este campo. El estudio revela que la pandemia de la COVID-19 ha hecho aumentar los niveles de actividad en estas redes, principalmente los relacionados con los productos del cannabis. También se observa una disminución de la demanda de drogas sintéticas usadas en ambientes de ocio (por ejemplo MDMA) porque las personas se han tenido que quedar en casa.
  • Actualización sobre las implicaciones de la COVID-19 para las personas consumidoras de drogas y proveedores de servicios para drogodependencias: El EMCDAA resalta en esta actualización que algunas enfermedades crónicas que pueden tener las personas usuarias de drogas pueden aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades graves si se contagian de COVID-19. También resalta el mayor riesgo potencial de muertes relacionadas con opioides (si se agravan por las dificultades respiratorias causadas por la COVID-19) y la prospección de problemas relacionados por compartir material (para inhalar, fumar, fumar con vaporizador o inyectar). El estudio destaca la importancia de las medidas de prevención en los ambientes que frecuentan las personas usuarias de drogas (servicios de drogas, albergues y prisiones) y la necesidad de elaborar protocolos por si estas personas muestran señales de contagio de COVID-19.