Durante la cuarentena y el estado de alarma por la COVID-19, la entrada de drogas en el centro penitenciario El Acebuche de Almería ha sido prácticamente inexistente, algo que ha provocado una abstinencia entre los consumidores que ha dado pie a una campaña para evitar las recaídas con la vuelta a la normalidad.

«La intervención en el ámbito de las drogodependencias es una de las prioridades de la sociedad en general y especialmente de un centro penitenciario. En ese sentido, la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, hace todos los esfuerzos posibles por velar por bienes jurídicos tan importantes como el derecho a la vida y a la salud de los internos», según ha dicho a Efe el director del Acebuche’, Miguel Ángel de la Cruz.

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