Autoría: María Aránzazu Fernández Rodríguez, Docente e investigadora del Departamento de Sociología de la Universidad de Oviedo. Juan López-Morales, Profesor Ayudante Doctor del Departamento de Trabajo Social y Servicios Sociales de la Universidad de Granada. Rosario González Arias, Docente e investigadora del Área de Trabajo Social y Servicios Sociales, Departamento de Sociología de la Universidad de Oviedo. Nuria Romo Avilés, Catedrática de Antropología Social en la Universidad de Granada.
El alcohol es la sustancia psicoactiva más consumida en España, constituyendo un importante desafío en materia de salud pública. Aunque se trata de un consumo ampliamente extendido entre el conjunto de la población, los usos y abusos realizados por adolescentes y jóvenes son particularmente preocupantes. Según los datos de la última Encuesta sobre uso de drogas en Enseñanzas Secundarias en España (ESTUDES), el 42,1% de la población escolar de 14 a 18 años afirma haberse emborrachado en el último año y el 28,2% haber realizado un consumo por atracón (binge drinking) en el último mes. El porcentaje en ambas prácticas de abuso aumenta a medida que lo hace la edad y refleja diferencias en función de la variable género: las intoxicaciones etílicas son más frecuentes en chicas que en chicos mientras que sucede lo contrario con el binge drinking (Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones, 2024).
Considerando estos datos, no es de extrañar que gran parte de las iniciativas preventivas dirigidas a la población juvenil se enfoquen de manera específica en el consumo de esta sustancia. Además del desarrollo de programas preventivos en diferentes contextos de intervención (principalmente escolar, familiar y comunitario) se han ido promulgando en nuestro país diversas leyes y normativas. Estas medidas de carácter legislativo establecen, entre otras cuestiones, la prohibición de la venta de bebidas alcohólicas a personas menores de 18 años, así como límites a su promoción y publicidad con el propósito de proteger a la población infantil o adolescente (restricciones de horario, espacios, etc.).
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