Es tan peculiar esta droga que ni siquiera hay acuerdo sobre su nombre: la mayoría la llama karkubi, pero hay quien la denomina karbuki, una variación de letras que puede obedecer a que se trata de un producto foráneo, fundamentalmente consumido en el vecino Marruecos, sin apenas uso en España. Sin embargo, en nuestro país se ha hecho conocida porque para su producción resulta fundamental una benzodiacepina usada como antiepiléptico, clonazepam, principio activo del Rivotril, cuyas recetas son codiciadas por los traficantes de esta sustancia.
El tráfico ilegal de clonazepam, mediante recetas falsas u otros métodos, para la fabricación del karkubi no es nuevo en España, pero en las últimas semanas ha habido una llamativa sucesión de agresiones a médicos en la provincia de Sevilla con el fin de conseguir la prescripción de esta benzodiacepina. La primera, se produjo el 20 de febrero en el centro de salud del municipio de Real de la Jara, donde un individuo amenazó de muerte con una navaja al personal médico para que le renovaran una receta de clonazepam, después de que se hubiera comprobado que había retirado horas antes ese medicamento en una farmacia de la ciudad de Sevilla.
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