Redacción-

El 28 de junio, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos publicó su informe, “Agenda hacia un cambio transformador para la justicia y la igualdad racial”, que destaca la omnipresencia de la discriminación que enfrentan las personas racializadas en todo el mundo. Señala el hecho de que el racismo sistémico y las asociaciones duraderas y dañinas y degradantes de la negritud con la delincuencia, también dan forma a las interacciones de los afrodescendientes con los agentes del orden y el sistema de justicia penal.

En un artículo publicado en talkingdrugs.org, se hacen eco de la noticia. El artículo, titulado UN Highlights Role of Drug War in Racist Policing [La ONU destaca el papel de la guerra contra las drogas en la policía racista], comenta el informe de la ONU y afirma que el control de drogas apuntala los sistemas racistas y pide explícitamente a los estados que eliminen las leyes y prácticas que actúan como incentivos para perpetuar la discriminación racial en la aplicación de la ley y el sistema de justicia penal, incluso mediante la reforma de las políticas, leyes y prácticas de drogas con resultados discriminatorios.

El informe también concluye que hay tres contextos clave que subyacen a la gran mayoría de las muertes relacionadas con la policía (> 85%):

  •     La vigilancia de las infracciones leves, las detenciones de tráfico y las detenciones y registros
  •     La intervención de funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, como los primeros en responder en las crisis de salud mental
  •     Operaciones policiales especiales, muchas de las cuales son acciones relacionadas con la guerra contra las drogas

Para finalizar, concluyen el artículo exigiendo «una promoción urgente y persistente contra el racismo por parte de todas las partes interesadas en todos los niveles, incluidos y especialmente por parte de los defensores de la política de drogas y la reducción de daños, dado el enorme papel de la guerra mundial contra las drogas para impulsar la policía racista y apuntalar las estructuras de poder racistas. La recopilación de datos, especialmente los que provienen de la comunidad y la sociedad civil, sigue siendo un paso fundamental en nuestro trabajo para enfrentar los legados racistas y poner fin a la aplicación racista de las leyes sobre drogas. Debemos hacer que los gobiernos rindan cuentas en todos los niveles para garantizar la rendición de cuentas y la reparación en consonancia con la propuesta del informe de una agenda transformadora mundial para la justicia y la igualdad raciales. Es hora de tomar medidas«.

Leer el artículo original en TalkingDrugs.org