La producción de cannabis medicinal en España con autorización administrativa no deja de crecer, pese a que aún no se ha regulado su uso en nuestro país. A finales de 2024, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) notificó una producción de 51,3 toneladas de cannabis con fines médicos, un 42,5% más que al inicio del año, cuando España ya se había situado en el G7, entre los siete primeros países del mundo con mayor volumen de fabricación de estos productos.
Tamaña producción sale de las entidades y empresas que cultivan cannabis con fines médicos o de investigación con licencias aprobadas por la AEMPS, organismo del Ministerio de Sanidad, conforme a los requisitos establecidos en una normativa aprobada en 1967 durante el régimen de Francisco Franco. Actualmente, son ya 27 las licencias, un 150% más de las que había hace cinco años. Pero todo lo que se produce con ellas debe ir destinada a la exportación, porque los enfermos en España que podrían beneficiarse de su uso aún están pendientes de la aprobación del real decreto que regula su dispensación, cuyo trámite inició Sanidad hace casi un año como respuesta a la petición que elevó el Congreso de los Diputados en junio de 2022.
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