Los compañías tabaqueras Altadis, Philip Morris y JT International Ibérica mantendrán los colores de las cajetillas de tabaco que las identifican como «lights», a pesar de que este término deberá ser eliminado, por ley, desde mañana martes, según informaron a Europa Press fuentes de estas empresas.

El 30 de septiembre entra en vigor el Real Decreto por el que se regulan los contenidos máximos de nicotina, alquitrán y monóxido de carbono de los cigarrillos, el etiquetado y la denominación de los productos. Entre otros aspectos, se prohibe el término «light» y se obliga a las compañías a introducir advertencias de índole sanitario, con el fin de concienciar a la sociedad sobre los peligros asociados al consumo de esta sustancia. Las compañías se han adelantado a la introducción de las nuevas advertencias desde este verano.

«IDENTIFICAR EL PRODUCTO»

A pesar de todas estas cautelas, los consumidores podrán identificar los productos que hasta ahora venían consumiendo y elegir su cajetilla «light». Así, la compañía Philip Morris, que comercializa entre otras las marcas Marlboro, Chesterfield y LM, preservará el formato específico de cada marca para que «el consumidor pueda identificar el producto que desea adquirir», explicó a Europa Press Javier Areitio, director de Asuntos Corporativos de la empresa.

«Marlboro seguirá teniendo dos cajetillas con diferentes colores. Lo único que no aparecerá será el descriptor», indicó Areitio. Este responsable puso el ejemplo de una conocida marca de cola y su variante «light» para justificar la continuidad del formato. «Si una persona quiere refresco de cola pedirá cola, pero si quiere cola light tendrá que saber cómo pedirla. Nuestros consumidores deben saber identificar el producto que quieren», continuó.

Por otro lado, Altadis, empresa que distribuye, por ejemplo, la marca de tabaco Fortuna, asegura que «se cumple la normativa eliminando la denominación de ligth y medium», si bien aseguró que seguirá distribuyendo los formatos con colores azul y naranja, que hasta ahora se correspondían con los dos términos citados.

De la misma manera, la tabacalera JT International Iberica, distribuidora de la marca Camel, comentó que después de la introducción de la normativa, «el color de las cajetillas que antes eran ligths, seguirá siendo azul, pero eliminando esta denominación».

SERVICIOS JURÍDICOS DEL ESTADO

La actitud de las tabaqueras no ha gustado al Ministerio de Sanidad y ha encargado a los servicios jurídicos del Estado que estudie el caso ante la posibilidad de que estas compañías pudieran vulnerar el espíritu de la norma, según informaron a Europa Press fuentes del departamento de Ana Pastor.

Sanidad se basa en el artículo 7 del Real Decreto en el que se prohibe la utilización en las cajetillas de tabaco «textos, nombres, marcas e imágenes u otros signos que den la impresión de que un determinado producto del tabaco es menos nocivo que otros». En cualquier caso, este departamento no tomará ninguna decisión hasta que entre en vigor la directiva.

Además, se da la circunstancia de que algunas marcas introducen dentro del paquete un cartón en el que garantizan la continuidad del «placer de fumar» y el «sabor» del producto, una vez en vigor la norma. Este caso también está siendo estudiado por Sanidad.

El asunto también ha sido objeto de atención por parte de colectivos como la Asociación el Defensor de El Paciente que ha anunciado su voluntad de presentar una denuncia contra el propio Ministerio de Sanidad por los distintos textos que figuran en las cajetillas.

Por su parte, algunos consumidores se lo toman con humor. Así, a través de Internet y los correos electrónicos empiezan a circular documentos para insertar en las cajetillas textos alternativos a las advertencias sanitarias.

PICTOGRAMAS

Mientras tanto, la Asociación Empresarial del Tabaco ya se pone «la venda antes de la herida» ante otra propuesta que se baraja desde la Administración: la inclusión de fotografías de órganos afectados de cáncer. En un comunicado remitido a Europa Press advierte de que «en pleno proceso de incorporación de las nuevas leyendas (esta propuesta) resulta precipitada». Además, «afirma que existen limitaciones en el proceso productivo que condicionan el calendario y la propia viabilidad de la inclusión de fotografías».