El conseller ha defendido que el uso de los móviles «se tiene que regular más que prohibir» en el contexto actual, de problemas mentales y de trastornos alimentarios en la adolescencia —vinculados al uso de las pantallas y a la presión estética. Como todas las adicciones «son un problema grave», ha abierto la puerta a trabajar con el Departament d’Educació la regulación de las pantallas y a contrastar el borrador de la ley de adicciones con los sectores profesionales y sociales. «La ley va en la línea de regular si hace falta, incluso, el uso de las pantallas en escuelas e institutos, pero eso se tiene que contrastar. (…) Todo está observado al articulado de la ley, pero se tendrá que trabajar con todos los actores», ha comentado.
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