La Dirección General de Tráfico (DGT) ha encendido el debate al afirmar, a través de sus redes sociales, que una tasa de alcohol al volante igual a cero es “inviable”. Aunque la aspiración social y política por erradicar el alcohol en la conducción es cada vez mayor, las limitaciones técnicas y legales impiden, por el momento, imponer un límite absoluto de 0,0 mg/l de alcohol en aire espirado.
Esta posición, respaldada por un informe del Instituto Universitario de Investigación en Tráfico y Seguridad Vial (INTRAS) de la Universidad de Valencia, propone como alternativa una tasa máxima de 0,1 mg/l, que en la práctica se acerca al “cero técnico”. El objetivo: reducir de forma efectiva la siniestralidad vial sin incurrir en sanciones injustas por falsos positivos.
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