Expertos han avisado de que tras el aislamiento, cuarentena y postcuarenta por el Covid-19, la enfermedad que provoca el nuevo coronavirus, se va a producir un aumento de la incidencia de la patología dual (coexistencia de un trastorno adictivo y otro trastorno mental) entre la población.

Además, y según han señalado durante el ciclo de ‘webinars’ de Lundbeck Academy, también se va a observar un incremento de factores estresantes (infección, muertes de allegados, problemas socioeconómicos), y un aumento o disminución del consumo de sustancias según su disponibilidad.

La depresión dual constituye la condición clínica más común en patología dual. «La depresión dual es más frecuente de lo que pensamos. No todas las expresiones clínicas de la depresión son iguales. Hay diferentes tipos de depresión que debemos considerar y tratar. Los clínicos debemos tener formación en patología dual, en este caso, de depresión y adicciones porque las adicciones o consumos problemáticos son también trastornos mentales al igual que la depresión», ha explicado el presidente de la Fundación Patología Dual de la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD), Néstor Szerman.

En comparación con aquellas personas que cuentan con un sólo diagnóstico, los pacientes con patología dual muestran una elevada gravedad psicopatológica, somática y social, así como un elevado coste para la sociedad que se manifiesta a través de un mayor número de urgencias psiquiátricas, y de ingresos psiquiátricos, elevada prevalencia de suicidio, más conductas de riesgo e infecciones asociadas (VIH y hepatitis C y B), mayor tasa de paro y marginación y mayor número de conductas antisociales.

En el caso de aquellos pacientes con depresión dual diagnosticada antes de la situación provocada por la pandemia de Covid-19, y con el fin de evitar recaídas o la reagudización de la enfermedad, la doctora del Institut de Neuropsiquiatria i Adiccions del Hospital del Mar, Marta Torrens, ha destacado la necesidad de mantener un seguimiento estrecho del paciente ya diagnosticado, ya sea por vía telemática o presencial, garantizando que reciba el tratamiento adecuado, y detectar los factores de riesgo que hayan podido aumentar durante la cuarentena como, por ejemplo, los episodios de violencia de pareja, muerte de allegados, duelo o el aumento de la desigualdad social con graves problemas económicos.

Diferencias entre mujeres y hombres

Asimismo, los expertos han detallado que el 40 por ciento de las personas con depresión presenta un uso problemático del alcohol, lo que empeora la sintomatología, el pronóstico de la enfermedad y dificulta la recuperación. En este sentido, han señalado que la depresión dual afecta más a las mujeres que a los hombres.

«En la depresión dual en mujeres destacan, además de factores de tipo biológico, psicológico y ambiental, que explican la mayor prevalencia de depresión en el sexo femenino, otros factores como el efecto de las drogas según el momento del ciclo hormonal y la elevada prevalencia de estar sufriendo violencia de pareja, mayor marginalización social y más estigma en la mujer con adicción respecto del hombre», ha explicado la doctora Torrens.

A juicio del doctor Szerman, todos los trastornos mentales están basados en el cerebro humano y éste no es igual en hombres y mujeres. «Hay un dimorfismo sexual del cerebro que se relaciona, por ejemplo, con que los trastornos afectivos sean casi el doble en mujeres que en hombres», ha enfatizado.

Abordaje y tratamiento de la depresión dual

Los mayoría de los pacientes con enfermedad mental grave suele ocultar el hecho de sufrir un uso problemático o adictivo a sustancias, lo que dificulta el correcto abordaje de la patología dual.

Los pacientes con depresión dual presentan un curso más tórpido, constituyen un fenotipo diferente con síntomas de inestabilidad emocional, síntomas cognitivos marcados, más intentos de suicidio, anhedonia, menos cumplimiento y adherencia terapéutica y más refracción a los tratamientos habituales .

Los síntomas cognitivos de la depresión tienen efectos negativos sobre el paciente que afectan a su funcionamiento y productividad, tales como dificultades de atención y concentración, de memoria, de toma de decisiones y planificación, con un elevado impacto en el ámbito laboral, familiar y social.

El tratamiento de la depresión dual debe plantearse desde un modelo integrador y a largo plazo. «Cuando tratamos a un paciente con depresión y alcohol es muy importante hacer un diagnóstico correcto de ambas situaciones clínicas, que atienda a que hay una situación especial y que se deben tratar las dos expresiones simultáneamente. No hay que esperar a que el paciente deje el consumo para tratar la depresión y viceversa», ha explicado Szerman.

Asimismo, apostilla Szerman, los tratamientos farmacológicos son fundamentales para tratar los trastornos mentales. Así, ha informado de que los metaanálisis indican que los antidepresivos serotoninérgicos (los llamados ISRS), no son útiles para tratar la depresión dual.

«Hay que recurrir a antidepresivos con mecanismos de acción distintos, si bien se deben utilizar moléculas antidepresivas que puedan ser útiles junto al tratamiento para el alcohol. Los estudios que conocemos indican que el tratamiento de un antidepresivo junto con un tratamiento para el alcohol es mucho más eficaz que emplearlos de forma secuencial», ha apostillado el experto.

Nota: artículo original publicado en infosalus.com