Contradicciones políticas
Por otra parte, el artículo argumenta la urgente necesidad de realizar algunos cambios en las políticas penitenciarias, como la prohibición del papel de liar en las cárceles de Cataluña, lo cual fuerza a los reclusos a utilizar métodos de consumo mucho más perjudiciales y peligrosos.
«En este estudio hemos encontrado que el cannabis resulta de utilidad para sobrellevar las condiciones estresantes que implica la vida en la cárcel, y que permite reducir la medicalización, que es un problema importante entre la población penitenciaria. En un contexto social en el que se está debatiendo sobre la necesidad de implementar un programa de cannabis medicinal, nuestra investigación aporta evidencias sobre la pertinencia de que dicho eventual programa se extienda al ámbito penitenciario», destaca el doctor José Carlos Bouso, coordinador del estudio.
El doctor Bouso, director científico de ICEERS, participó el martes como experto en la subcomisión del Congreso de los Diputados para estudiar la regulación del cannabis medicinal, donde recordó a los representantes políticos que «las propiedades médicas y la seguridad del cannabis utilizado bajo control médico cuentan con más evidencia que la mayoría de los medicamentos que existen hoy día en las farmacias». Su regulación en el ámbito penitenciario implicaría, por tanto, una mayor calidad de la sustancia y la posibilidad de evitar trapicheos y extorsiones.
Finalmente, el artículo pone en evidencia la necesidad de realizar más estudios sobre la utilización de cannabis en el entorno penitenciario, con el fin de desarrollar programas de reducción de riesgos que mejoren la calidad de vida de un sector de la población especialmente vulnerable y estigmatizado. |