Un influencer ha prendido fuego a las redes por hacer apología de ligar con mujeres borrachas “porque es mucho más fácil”. Se ha escrito bastante ya de lo problemático de este enfoque y no voy a perder mucho tiempo contestando a incels o gente que tiene tan poca consideración de sí misma que piensa que solo podría ligar con una mujer borracha. Voy a intentar reflexionar sobre el marco más general, porque las cuestiones de sexualidad son centrales para el feminismo.

En este caso creo que se está dando una visión cuestionable de lo que supone beber y tener relaciones sexuales, algo muy habitual para muchísimas mujeres, de todas las edades, pero sobre todo para las jóvenes en contextos de ocio nocturno. Naira Davo lo ha explicado en un reciente artículo, donde dice que no se puede responder a la cultura de la violación con un regreso al puritanismo en el que se castigue a las mujeres que beben reproduciendo viejos estigmas basados en ideales de respetabilidad. “Ha habido una cierta tendencia a afirmar que una mujer que bebe un par de copas no es capaz de seleccionar con quién se acuesta, para dibujar algo así como una nueva oposición entre el celibato de la mujer sobria contra la promiscuidad de la mujer ebria”, dice Davo.

 

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