Rosa del Olmo ha muerto. Es la noticia que no hace mucho nos llegaba a sus amigos. Antes la distancia era el espacio, ahora la distancia es la muerte. Pero ella sigue con nosotros. Su cercanía está precisamente en sus ideas, en planteamientos, en su propuestas, en sus inquietudes en la cuestión de las drogas.
Rosa muestra cómo estamos ante un fenómeno que por su ilegalidad y sus características intrínsecas dificultan cualquier diagnóstico por la rapidez de cambios que exige tanto adaptarse a las condiciones del mercado como a las cambiantes acciones en su contra. La magnitud del fenómeno a nivel mundial, por otra parte, como las manifestaciones y matices que adquiere la industria de las diferentes sustancias, debidas entre otras cosas a las distintas realidades geopolíticas en las que se desarrolla, dificulta más estas tarea (Del Olmo, 1997).
A pesar de todo, se han ido formado una opinión y percepción del fenómeno, a partir de opiniones de políticos y miembros de fuerzas de seguridad, donde predominan estereotipos al margen de su complejidad y especificidad, estereotipos de los participamos posiblemente los educadores.
La economía ilegal, por otra parte, llega a las instituciones estatales a través del soborno o la intimidación de políticos, policías, funcionarios o jueces, con lo que se crea un aparato o cordón de seguridad en torno al negocio. A ello contribuye la corrupción de la política democrática que Rosa denomina la «criminalidad estatal organizada».
Desde este planteamiento, Rosa se aproxima a cuestiones olvidadas en la sociedad actual, como la “criminalidad y criminalización de la mujer en la región andina”. Precisamente en la dedicatoria de esta publicación, entre otras cosas, me dejó escrito “espero que esta incursión en un tema tan olvidado te interese”. O las fumigaciones aéreas contra los cultivos de cultivos de coca y amapola en Colombia dentro de una política abiertamente lesiva de los derechos humanos, sin consideración con los humanos, cultivos de alimentos, animales domésticos, bosques, fuentes de agua y áreas de gran importancia ecológica. O la relación entre violencia juvenil y consumo de drogas, tema que desarrolló en el congreso de la FAD (http://www.fad.es/estudios/congreso_virtual.htm)
Esta amplitud de intereses se puede constatar en la recopilación que ella misma hizo bajo el expresivo título: “Drogas: inquietudes e interrogantes ( Del Olmo, 1998) fruto de conferencias y seminarios celebrados en diferentes lugares a los que había sido invitada. Se trata de aspectos muy variados pero que expresan una serie de inquietudes, e interrogantes que me despierta el complejo tema de las drogas en el mundo contemporáneo, señala ella misma.
El primer trabajo «Drogas: Discursos, Percepciones y Políticas» se presentó en el Seminario Normas y Culturas en la Construcción de la Cuestión Drogas, celebrado en el Instituto Internacional de Sociología Jurídica de Oñati, los días 23 y 24 de junio de 1994 (Barcelona, Hacer, 1996).
El segundo trabajo » Actividades Económicas Generadas del Cultivo de la Coca» fue presentado en el Seminario El Uso de la Coca en la Cultura Andina, organizado por el Parlamento Andino en Cuenca, Ecuador los días 18 y 19 de agosto de 1994. Fue publicado en la Revista Española de Drogodependencia.» Vol. 21. N°. 2 en 1996 y traducido al portugués para ser publicado en la Revista Discursos Sediciosos, Crime, Direito e Sociedade, Año 1. N° 2. 1996 de Río de Janeiro.
El tercer trabajo «Geopolítica de las Drogas en América Latina» fue inicialmente escrito en una versión mucho más extensa para ser presentado en el Simposio Internacional El Impacto del Capital Financiero del Narcotráfico en América Latina, celebrado en La Paz, Bolivia en 1991. siendo publicado ese mismo año por CERID de La Paz en el libro. con el mismo título, que recoge todas las ponencias presentadas. Posteriormente fue traducido al inglés y publicado en la Revista Social Justice Vol. 20, N°. 3- 4 de 1993. La versión aquí presentada, resumida y actualizada, fue presentada en la Conferencia Internacional Confronting Crime: Innovation for Safety, organizada por el Ministerio de Justicia de Surafrica y NlCRO en Ciudad del Cabo, Surafrica del 9 al 14 de septiembre de 1995.
El cuarto trabajo «Micro -comercialización y Criminalidad» fue escrito para el sexto Seminario Internacional Drogas y Desarrollo Socio -económico, organizado por CEDRO en Lima, Perú del 20 al 22 de septiembre de 1995. Fue publicado en las memorias del Seminario y despúes en la revista española Adicciones.
El quinto trabajo «Políticas de Control de la Demanda en América Latina» fue preparado para el Simposio Internacional de Coca y Cocaína, organizado por el Programa LA CASA de la Universidad de los Andes de Santafé de Bogotá, Colombia, del 26 al 28 de octubre de 1995, y publicado en las Memorias de ese evento.
El sexto trabajo «Los Medios de Comunicación y las drogas: Reflexiones Iniciales» es un breve escrito con motivo de la invitación hecha por el Instituto de Altos Estudios Diplomáticos «Pedro Gual» del Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela para participar en el Panel La Nueva Agenda Política Internacional: Derechos Humanos, drogas, Ecología y Refugiados, dirigido a un grupo de periodistas, y celebrado el 30 de mayo de 1996 en Caracas, Venezuela (Revista Comunicar, Huelva).
El séptimo trabajo «La problemática de las drogas en Venezuela» fue escrito para ser presentado en el Acto de Clausura del Postgrado del Instituto de Altos Estudios de la Defensa Nacional del Ministerio de la Defensa de Venezuela, celebrado en febrero de 1997.
Por último, se incluye el ensayo «Estado del Arte de los Estudios sobre la Participación de la Mujer Venezolana en el Consumo y Tráfico de Drogas: Una Primera Aproximación», presentado en el I Foro Nacional Abuso de Drogas: Impacto en la Salud de la Mujer y la Familia, celebrado en la Asunción, Paraguay los días 26 y 27 de junio de 1997. La revista SIC N°. 597 de agosto de 1997 publicó un resumen con el título ¿ Qué sabemos sobre la mujer venezolana y las drogas?».
Son pinceladas de una gran obra poco conocida, fruto de un profundo compromiso de una persona que tuvo conocimiento como nadie no sólo de paises y de culturas sino también de sus miserias e injusticias, de forma especial, las relacionadas con las drogas.
Una persona comprometida
Rosa nació en Barcelona, hija de un juez de la república y de una dirigente del Partido Comunista. Su infancia estuvo mediatizada por la Guerra Civil Española, que obligó a sus padres a exiliarse. Su madre fue una de las responsables de organizar el traslado de los llamados niños de la guerra a la Unión Soviética. La separación de su Cataluña natal, fue el comienzo de un peregrinar por distintos países europeos y latinoamericanos (Bélgica, Venezuela y Cuba).
Socióloga por la Universidad de Wisconsin (EE.UU.), master en Criminología por la Universidad de Cambrigde y doctora en Ciencias Sociales por la Universidad Central de Venezuela, ejerció su docencia en la Universidad Central de Venezuela, así como en universidades de México, Puerto Rico y Estados Unidos. Trabajó en el Ministerio de Justicia de Venezuela en varios cargos. Fue directora del Instituto de Ciencias Penales y Criminológicas de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad Central de Venezuela. Posteriormente desempeñó el cargo de directora de la Fundación José Félix Ribas (Investigación, prevención y tratamiento del uso indebido de drogas), dependiente del Ministerio de la Familia de Venezuela.
Entre sus numerosas publicaciones, se pueden destacar: Segunda ruptura criminológica (1970), La Sociopolítica de las drogas (1975), América Latina y su criminologÍa (1987), La cara oculta de la droga (1990), ¿Prohibir o domesticar? Políticas de drogas en América Latina (1992), Drogas: Inquietudes e interrogantes ( 1998), Criminalidad y criminalización de la mujer en la región andina (2001).
Además de sus publicaciones, participó en reuniones especializadas y en la creación de diversas organizaciones para ofrecer vías alternativas al fenómeno social de las drogas en Latinoamérica. Y Rosa, muy conocedora de los problemas de esta tierra y, sobre todo, de Venezuela, no dejaba de manifestar sus inquietudes y preocupación por su futuro. Precisamente Rosa, por toda su trayectoria personal y profesional, tenía acceso a mucha información y confidencias de las que no solía hablar, por no darse importancia, lo que provocaba que se emocionara cuando personas de prestigio en Venezuela valoraban su personalidad y trabajo. No podré olvidar aquella día en la que compartí mesa en su propia casa, con otros amigos, entre recuerdos de su andar por la vida. “Rosa, tienes que escribir todo lo que sabes”, le dije. Y la respuesta no fue otra que necesitaba tiempo y tranquilidad.
La última vez que nos vimos fue en la segunda quincena de junio en Oñati, donde participó en un seminario sobre políticas de drogas. A pesar de sus problemas de salud, quiso estar con nosotros, presentar su ponencia y compartir sus inquitudes con todos los participantes.
Pero ya no está entre nosotros. Su hijo esparció sus cenizas en Morrocoy, en el mar que ella tanto quiso. Sus amigos más cercanos se han encargado de ordenar sus escritos. Sus amigos más lejanos queremos que sus inquietudes no sólo permanezcan sino que se extiendan también por este mundo al que tanto amó.