Aprender implica una relación dinámica entre profesores y alumnos. Sus comportamientos pueden facilitar o dificultar la efectividad de la educación de drogas. Otros factores también pueden aumentar u obstaculizar la aplicación de la educación sobre drogas: el ambiente de la clase, la dinámica de las relaciones sociales entre los estudiantes, el entorno de la escuela, sucesos importantes que ocurren fuera de clase, etc. Para nuestros fines, llamaremos «oportunidades» a los factores que facilitan o impulsan la educación sobre drogas y «obstáculos» a los factores que la dificultan.

Las oportunidades para impulsar la educación sobre drogas pueden presentarse espontáneamente como consecuencia de incidentes o eventos relacionados con el alcohol u otras drogas. Por ejemplo si el periódico del domingo trae un reportaje sobre un famoso que ha tenido un accidente relacionado con el alcohol, el lunes por la mañana sería un buen momento para comentarlo. Las oportunidades pueden surgir de conversaciones no relacionadas directamente con el alcohol u otras drogas, o de las preguntas o problemas que les surgen a los estudiantes.

Los obstáculos que dificultan la educación sobre drogas pueden surgir por muchas causas: determinados tipos de conducta de los estudiantes que causan problemas a los profesores, situaciones de disonancia entre las actitudes y creencias de los distintos participantes en el proceso educativo, consumo de sustancias por el estudiante o el profesor, conflicto entre las actitudes y creencias de los que enseñan y los que aprenden y las actitudes y creencias apoyadas por el curriculum oficial.

En este módulo examinaremos algunos obstáculos para aplicar eficazmente la educación sobre drogas y algunas sugerencias para superarlos. También veremos estrategias para aprovechar las oportunidades y aumentar el aprendizaje.

  1. Actitudes, creencias y comportamientos
  2. Oportunidades
  3. Trampas y juegos