Descripción

Es una sustancia sintética derivada del opio controlada por las autoridades sanitarias de distribución restringida.

Es un analgésico potente similar a la morfina (también derivado opiáceo), pero sin un efecto sedante tan fuerte.

En su forma básica es un polvo blanco cristalino, pero suele estar disponible en varias formas y concentraciones: comprimidos, supositorios y autoinyectables.

Como se usa / Consumo

Se utiliza en programas especiales para el tratamiento de la dependencia a la heroína. Neutraliza la euforia de la heroína y evita la aparición del síndrome de abstinencia.

Inicialmente se suministran a los adictos dosis diarias equivalentes a su consumo de heroína, con el fin de retirar al adicto lentamente de la heroína ilegal inyectable y luego introducir dosis reducidas de metadona por vía oral.

A veces, una retirada completa de la metadona no es posible, y la dosis de mantenimiento puede continuar durante meses o incluso años (Programas de Mantenimiento con Metadona).

Todo programa de tratamiento con metadona debe ir acompañado, para obtener una mayor eficacia y mejores resultados, de psicoterapia o supervisión médica.

Efectos

En la terapia de mantenimiento, con dosis adecuadas, la metadona no causa euforia, no tiene efectos sedantes ni es analgésica. No tiene efectos adversos ni mentales ni físicos.

Reducción de riesgos / Daños

Aunque el uso regular de metadona puede inducir dependencia, se considera que ésta es menos grave que la de la morfina o la heroína, y más fácil de tratar.

La persona inserta en un programa de mantenimiento con metadona puede llevar una vida normal.

No obstante, la metadona tiene efectos secundarios: aturdimiento, mareos, náuseas, vómitos, boca seca o duración.

En casos de abuso pueden aparecer fallos circulatorios y coma profundo y se han dado casos de muerte por fallo respiratorio.

Historia

Se dice que la metadona se creó en un laboratorio alemán por una escasez de morfina a finales de la II Guerra Mundial (Asia dejó de suministrarla) y que fue Hitler quien ordenó a sus científicos que fabricaran un análogo oral sustituto. Así, estudiando compuestos espasmolíticos, los alemanes desarrollaron la amidona, que más tarde se llamó metadona, y a la que se dio el nombre comercial de Dolophine.

La metadona no se usó como analgésico hasta después de la guerra y sus propiedades narcóticas y analgésicas fueron una sorpresa para los científicos, dado que su estructura molecular no se parecía en nada a la de los opioides conocidos.

A finales de 1947, aparecieron en JAMA los primeros resultados del uso de la metadona como tratamiento del síndrome de abstinencia de la morfina. Era la primera referencia en la literatura médica que planteaba la sustitución de la morfina por la metadona.

La forma oral de esta droga apareció en 1950, y las propiedades farmacocinéticas no se conocieron hasta 14 años después.