Hoy sabemos que los hábitos de consumo de drogas han cambiado profundamente, especialmente, entre los jóvenes. Así, la imagen del heroinómano inyectándose en un contexto de marginalidad ha quedado sustituida por un policonsumo experimental en situaciones de ocio. Entre los cambios más notables encontramos: banalización del consumo de cannabis, aumento de la frecuencia de embriagueces, estabilización del consumo de tabaco en niveles elevados, descenso del consumo de heroína, aumento del consumo de cocaína y psicofármacos, consolidación del consumo de drogas de síntesis, toma de conciencia sobre los riesgos del dopaje y, sobre todo, combinación de varias sustancias lícitas y/o ilícitas (policonsumo). Estos cambios han aparecido dentro de un contexto, que es nuestra cultura, la cual promueve valores que podrían estar influyendo en el aumento del uso de drogas. Algunos de los valores que suelen relacionarse con el consumo son la constante búsqueda del placer aunque sea efímero y superficial; el consumismo, que marca la identidad por lo que se tiene y no por lo que se es; la competitividad, que exige un alto nivel de rendimiento; y el individualismo.

La comunidad científica distingue tres tipos de comportamientos de consumo: uso, abuso y dependencia o adicción. No todos los consumos entrañan los mismos riesgos, éstos también dependen de la vulnerabilidad del consumidor, del tipo de sustancia, de la cantidad consumida, de la frecuencia y del contexto de consumo.

Pasemos a describir estos tres comportamientos

Uso

Por uso entendemos aquella modalidad en la que se consume de vez en cuando, sin que aparezca ningún síntoma de tolerancia. Los riesgos son menores, pero pueden existir, incluso ser graves, ante determinadas drogas.

Abuso

Es el uso susceptible de comprometer física, psíquica y/o socialmente la evolución de la persona o de su entorno. Esta forma de consumo no se refiere únicamente a la cantidad consumida de una sola vez, ni a la repetición de un consumo moderado y controlado de ciertas sustancias. Se trata de un concepto ambiguo, porque se relaciona estrechamente con las costumbres propias de cada cultura. Lo que una sociedad considera normativo en un momento de su historia puede parecer abusivo para otra o la misma en un momento diferente…

Dependencia

Por farmacodependencia, la OMS (Organización Mundial de la Salud) entiende el estado psíquico y, a veces, físico causado por la acción recíproca entre un organismo vivo y otra droga, que se caracteriza por cambios en el comportamiento y por otras reacciones que comprenden siempre un impulso irrefrenable a tomar la droga en forma continuada o periódica a fin de experimentar sus efectos psíquicos y, a veces, para evitar el malestar producido por la privación. La dependencia puede ir acompañada de tolerancia. La tolerancia es un estado de adaptación que se caracteriza por una disminución de las respuestas de la misma dosis de droga o por el hecho de que para producir el mismo grado de efecto farmacodinámico, es necesario una dosis mayor…

Existen dos tipos de dependencia: física y psíquica

Dependencia física

Casi todas las drogas producen dependencia física: el organismo reclama la sustancia mediante la aparición de síntomas físicos que traducen un estado de carencia. Visita DrogasyCerebro.com para obtener información detallada sobre las consecuencias de cada droga a nivel cerebral.

Dependencia psíquica

Sentimiento de satisfacción y un impulso psíquico que requiere la administración regular de la droga para producir placer o evitar el malestar. La privación de la droga provoca malestar, ansiedad, irritabilidad, tristeza, trastorno depresivo, etc. Una vez que cesas el consumo puedes tardar en adaptarte a una nueva vida sin la sustancia. Esta interrupción deja un vacío y permite la reaparición del malestar que el consumo trataba de cubrir. Esto explica en gran medida las recaídas, que forman parte del lento proceso que permite consolidar una vida sin drogas.

Es importante, por tanto, que te preguntes para qué consumes, pues la dependencia psíquica se va instaurando si cada vez que utilizas una sustancia lo haces «para conseguir algo». Por ejemplo, si cada vez que quiero relajarme me fumo un porro o cada vez que quiero salir de marcha me tomo una pastilla, estaré creando un hábito. Los hábitos son muy difíciles de romper, por lo que puede que llegue un momento en que ya no pueda relajarme si no fumo o no sepa salir de marcha sin drogas.

La dependencia psíquica suele ser el mayor problema para superar una adicción.

Que una persona se haga dependiente de una droga estará en función de la interacción de tres factores:

  • Las características personales (físicas y psicológicas) y la experiencia anterior de la persona.
  • La naturaleza de su medio sociocultural y familiar.
  • Las características farmacodinámicas de la droga en cuestión, teniendo en cuenta la cantidad utilizada, la frecuencia del uso y la vía de administración.

Tras esta breve introducción en la que se han descrito las diferentes modalidades de consumo, vamos a presentarte algunos testimonios reales de ex-consumidores, que comenzaron a experimentar con la droga durante su juventud y acabaron sintiendo grandes dificultades para dejarla.


Referencias bibliográficas de las que se ha extraído parte del contenido de esta guía: