Lugar: Helsinki, Finlandia. Año 2002, invierno, -5 C, está nevando y es sábado!!
Mientras paseas por el centro, ves a la gente con prisas entrando de unos almacenes a otros para hacer sus compras, el euro ha llegado, las cajeras tardan algo más de tiempo en devolverte el cambio. La ciudad ha cambiado en los últimos 7 años, hay más turistas que nunca: rusos, estonianos, japoneses, americanos, centroeuropeos y algún que otro español e italiano. Los demás son estudiantes europeos.
En 1.995, recuerdo que pensé: qué ciudad tan segura… sábado por la noche, una jóven embriagada caminando, si lo llamamos a eso caminar! y que nadie, le molestase o siquiera le dijese alguna que otra cosa!
Acababa de venir de Los Angeles, California y forget about it! (olvídate chico). Ni con una 38 estabas seguro. En otro capitulo hablaré de L.A. con frío, hambre, la calle y sirviendo a Frank Sinatra, eran otros tiempos… los 80.
Hoy, 2002, y las cosas han cambiado algo. Los que no han cambiado, son los mismos alcohólicos de siempre. Y se añaden a la lista todos los años muchos más. Desde fuera, se vé el problema, pero ni punto de comparación tiene el verlo desde adentro. Iré a ello mas tarde.
El finlandés, tiene tradiciones, como otros paises. La sauna, que se calienta a unos 100 +C y después revolcarse en la nieve, o como asar salchichas, comer salmón, pescar en pleno invierno, hacer un agujero en el hielo y tener mucha paciencia.
Pero una de las tradiciones mayores es el consumo de bebidas alcohólicas. Cada vez empiezan a más temprana edad. Empiezan la mayoría desde los 13-14 años y los fines de semana. Por lo visto, es más fácil el poder despistar a los padres, diciendo que vas a dormir a casa de la amiga-o y que ella-el diga lo mismo.
Las bebidas que más popularidad tienen son la cerveza nacional u olut con unos 4.0 grados, la siideri o sidra con unos 4.7 grados, el longero o ginebra-limón con 4.5 de grados de alcohol. La viina o vino, después viene el famoso koskenkorva o vodka.
Para los que realmente quieren algo más fuerte, el ilegal, procedente de Rusia: con 90 grados de alcohol el spiritus-fortus.
El finés es timido de por sí, le cuesta hablar de si mismo, es callado, serio por fuera y muy introvertido. Viví en el norte de Finlandia dos años, en un pueblo de unos 2.300 habitantes, muy pequeño y tardaron bastante tiempo en abrirse y empezar a saludarme, incluso después de haber hablado con ellos algunas veces. Es su cáracter, pero son buena gente, rectos y siguen las reglas de la ley, como es normal en los paises nórdicos.
La juventud, bebe para divertirse. El beber, parece que les da licencia para poder expresarse, hablar de sus sentimientos. Cuando me dijeron esto mismo que les digo a Vds., pensé: en España, Mexico, bueno en casi todas las partes pasa lo mismo cuando la gente bebe, hablan de sus sentimientos. La diferencia está, en que, cuando no bebe, nunca oirás a un finés hablar de si mismo, a no ser que estés en AA.
El dia nacional para beber es el primero de mayo, es una explosión de gritos, peleas, risas, patosos por todos los sitios y otros que saben pasarlo bien.
El nórdico por lo general, no sabe beber, se emborracha con facilidad y parece como si tuvieran una competición de quién bebe más. Pero de algo que me sorprende es el civismo de no conducir, en estado embriagado. No los verás conducir, he estado bastante tiempo aquí para poder comprobarlo. Tampoco se suben al automobil si alquien intenta conducir. En eso les doy un 10 de puntuación. Los que están contentos, son los taxistas, que son el 80% de los coches en circulación por las calles los fines de semana.
En España, cada vez que voy, sufro al leer en los periódicos los accidentes de tráfico los fines de semana, y ya pasaba en los 70. Creo que pasará una generación todavía, hasta que la juventud comprenda que el alcohol y el volante no son buena pareja. Aquí en los colegios les educan, proyeccion de videos, y el mejor ejemplo: los padres, que casi nunca conducen embriagados.
Toda persona finlandesa tiene derecho a tener un techo, calor, comida, seguro médico gratuito, colegio gratuito y un pequeño sueldo. El alcohólico, sufre su enfermedad de por sí, pero también tiene centros a donde tener cobijo, calor y un plato caliente.
No los he contado, pero diría que entre el 70-80% de los fineses beben los fines de semana, y el 20% más de la cuenta.
El alcohol se abusa más y más como una manera de estar más «alegre» o «colocado»
Entre la juventud, las drogas han entrado en Finlandia y de qué manera. La mafia rusa, desde Estonia o desde Saint Petersbourg, han empezado a distribuir las drogas, la heroína, el speed y el nuevo visitante: el oro líquido. Hablaremos de esto en otra ocasión, con el programa de vecinos en alerta y los nuevos centros de rehabilitación.
Hasta entonces, un abrazo.
Desde Helsinki: Peter Jiménez Nevala
Si bebes, vuelve en taxi.
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