La dopamina desempeña un papel relevante en la regulación de los mecanismos adictivos a la cocaína y podría servir para el diseño de tratamientos para la adicción, según una investigación que se publica hoy en Nature, que ha constatado en tiempo real la regulación de la ingesta de la droga.

En un estudio coordinado por Regina M. Carelli, del Centro de Neurociencias y Neurobiología de la Universidad de Carolina del Sur, en Estados Unidos, se ha comprobado que la dopamina motiva a las ratas a adquirir la cocaína y que este neurotransmisor se libera en el cerebro tanto antes como durante la inyección de la droga.

Los investigadores recuerdan que los niveles de dopamina en el cerebro aumentan los comportamientos adictivos como el apetito, el sexo o la adicción a las drogas. «Sin embargo, mientras las primeras investigaciones se habían realizado durante algunos minutos, nosotros hemos logrado monitorizar la liberación de dopamina en fracciones de segundo», explica la coordinadora del estudio.

Los científicos adiestraron a las ratas para que presionaran un interruptor cuando necesitaran una recompensa de cocaína y comprobaron que la pulsación breve de dopamina se liberaba segundos después de que los animales se aproximaran al interruptor que les suministraba la recompensa de cocaína. «En los animales que habían aprendido a relacionar las señales con la inyección de droga, las señales por sí mismas eran suficientes para desencadenar una liberación de dopamina», asegura.

Alteraciones

Para investigar este proceso, los expertos midieron los niveles de dopamina cada 100 milisegundos en el núcleo acumbens para un sistema electroquímico. Ello permitió observar unos cambios rápidos en las concentraciones extracelulares del neurotransmisor. «Además, antes de que la rata presionara el interruptor que le suministraba cocaína, se producía un aumento en las cifras de dopamina que coincidía con el inicio de los comportamientos de búsqueda de cocaína», explica Carelli.

De esta forma, según el profesor David Self, de la Universidad de Texas, al igual que la rata persigue su cola, «el sujeto adicto a las drogas experimenta un círculo vicioso entre el cebo y la recompensa controlado por las señales dopaminérgicas.

En un comentario que acompaña al ensayo, el profesor Self reconoce que los tratamientos para la adicción deberían dirigirse a prevenir estas señales de dopamina.

(Nat. 2003; 6.932: 614- 618)