Existe actualmente en Barcelona, por parte del Ayuntamiento, de un proyecto de instalación de salas de acogida y venopunción higiénica en cada uno de los distritos de la ciudad, este proyecto se encuentra con una fuerte oposición de los vecinos en los ya instalados o de inminente inauguración. Este rechazo viene motivado, en gran parte, por el desconocimiento general que la sociedad tiene sobre las drogas y la drogadicción y especialmente en qué son y cuál es la función de estos espacios de acogida, fruto de la mala información o desinformación que existe sobre este tema. Es necesario que la sociedad en general, no solo de Barcelona sino de todo el país, tenga acceso a más información, verídica y contratada, sobre las drogas y, centrándonos en el tema de este escrito, qué son y qué función tienen las salas de acogida y venopunción higiénica.
En la actualidad existen 94 espacios de acogida y venopunción higiénica en 38 ciudades de Suiza, Alemania, Holanda, España, Canadá y Australia. Con las evaluaciones de estos centros en la mano, el Observatorio Europeo de las Drogas y Toxicomanías (OEDT) niega que provoquen un incremento en el consumo de drogas, que reduzcan las posibilidades de deshabituación o que causen alteraciones de orden público. Según este organismo, dependiente de la Unión Europea, estos centros han demostrado ser capaces de reducir la mortalidad y la transmisión de enfermedades. A medio plazo en lo que respecta a la actitud del vecindario y las molestias causadas a la comunidad, la evidencia científica disponible indica que los espacios de acogida y venopunción higiénica reducen tales molestias, sobre todo en lo que se refiere al uso de drogas en las vías públicas y al abandono en la calle de los utensilios utilizados para su consumo. No se produjo además incremento alguno en la criminalidad asociada a las drogas en la zona. Es razonable pensar en cualquier caso, señala la evaluación, que no se ha producido un incremento en el flujo de usuarios o traficantes de droga a la zona como consecuencia de la apertura del centro. Por lo que se ve los resultados son positivos y alentadores pero hay que dar un poco de tiempo al tiempo, no se consiguen de inmediato sino que a medio plazo. El informe destaca que, para conseguir resultados, estos centros deben estar integrados en unas redes más amplias de servicios socio sanitarias y trabajar de forma consensuada con el resto de agentes sanitarios, sociales y policiales.
Por principio, principio equívoco y algo fundamentalista, la sociedad rechaza sin meditar todo lo que se refiere a las drogas y a la drogadicción, sin que muchas veces este principio lo apliquen a las drogas legales. Es paradójico que un adicto a la heroína provoque rechazo y, muchas veces, un borracho provoque sonrisas. Por esto mismo cuando se instala en un barrio un espacio de acogida y venopunción higiénica lo primero que surge es un rechazo rotundo por parte del vecindario, quejándose muchas veces de lo que creen que pasará en lugar de lo que realmente está pasando. En todos los distritos de Barcelona, sin distinción de estatus social, existen Centros de Atención a Drogodependientes que administran el programa de metadona y además se ofrecen tratamientos de deshabituación a la dependencia para todo tipo de adicciones, desde las derivadas de la heroína hasta los problemas de alcohol y tabaquismo, sin que existan quejas del vecindario, cuando al principio, al igual que los espacios de venopunción higiénica eran también, rechazados. Un centro de Acogida, llamado también de calor y café, no solamente se dedica a tener salas de venopunción higiénica asistida por un/a diplomado/a en enfermería que vigila y aconseja a que los consumidores asuman menos riesgos en sus pautas de consumo y se inyecten con garantía de higiene, también da asesoramiento personal, atención médica y cuidados básicos de higiene y alimentación. Sus objetivos son mejorar la calidad de vida de este colectivo, orientar las necesidades socio sanitarias, enseñar a hacer un consumo de drogas con menor riesgo y facilitar la no proliferación de hepatitis y sida.
Seguramente debido a su marginación y desprecio por parte de gran parte de la sociedad los que han caído en el pozo sin fondo de la dependencia son personas que aceptan y agradecen el soporte y ayuda que se les da, atendiendo en gran parte las recomendaciones que se les hacen para cambiar sus malos hábitos de vida y que cuiden su higiene y aspecto personal, además de la modificación de las circunstancias que rodean el uso de drogas para que éste cause el menor daño físico, psíquico y social posible, y mejore en lo posible su calidad de vida. También se hace una labor de derivación, en caso de desearlo, a otros servicios sociales o de atención a las drogodependencias y desintoxicación, que se ve altamente recompensada por la cantidad de usuarios que lo aceptan, siendo una mínima parte los que lo abandonan una vez empezado. No es algo improvisado para dar una respuesta política, cuentan para todo ello con un coordinador, médicos, diplomados en enfermería, trabajadores sociales, educadores, agentes de salud y voluntarios, gestionado por una ONG, con larga experiencia en el mundo de la drogadicción. Es pues un equipo profesional altamente cualificado y con gran experiencia en el contacto directo con el colectivo de drogodependientes. La realidad de la actual situación demanda no el cierre de este espacio, como solicitan algunas personas poco informadas, sino muy al contrario la implantación de al menos uno en cada distrito de nuestra ciudad.
La mayoría de las veces rechazamos algo por la sencilla razón de que ignoramos lo que realmente es y la función que cumple y el desconocimiento nos da miedo y el miedo es lo que provoca el rechazo, por esto mismo he querido con este escrito, modestamente, ampliar los conocimientos para intentar mitigar en lo que pueda el actual rechazo y para lograr conseguir convertirlo en ayuda y apoyo a este espacio, a sus usuarios y al equipo que está haciendo realidad la preocupación por la defensa de la Salud Pública y también, dentro de ésta, el derecho a la salud y a la vida, con un minimo de calidad, de los, en la actualidad, socialmente marginados.
Firmado: Joan Manuel Riera Casany
Voluntario Social