La única forma de evitar los riesgos relacionados con el alcohol para el feto es abstenerse de beber alcohol durante el embarazo. Este mensaje, que lleva décadas circulando con mayor o menor éxito, vuelve a ser confirmado por una revisión sistemática de la evidencia disponible elaborada por investigadoras del Reino Unido. Según esta investigación no existe un rango específico de consumo que pueda estimarse como seguro porque incluso el consumo “moderado” tiene efectos negativos. “Hemos reunido todos los resultados de los estudios que han medido los daños que ocasiona el alcohol en el embarazo y así hemos podido concluir con mayor certeza que el alcohol durante la gestación tiene efectos negativos incluso a niveles que no tienen que ver con el abuso o la adicción”, señala Luisa Zuccolo, directora del estudio y profesora titular de Epidemiología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Bristol.
El alcohol no es inocuo durante el embarazo: ni siquiera en pequeñas cantidades
