En 2019 (último año del que hay estadísticas consolidadas), uno de cada cuatro accidentes mortales en carretera fue por el consumo de alcohol, la segunda causa de siniestros solo por detrás de las distracciones. Precisamente ese año, uno de cada tres conductores fallecidos en accidentes de tráfico había consumido alcohol o drogas.
Unos datos que vienen a confirmar la importancia de los controles de alcoholemia en carretera, pruebas que comenzaron a hacerse en 1981 y que 40 años después superan los 6,5 millones de test realizados en todo el país. Así, con el fin de reducir la mortalidad asociada al alcohol en carreteras y sumado a los controles ya habituales, la Unión Europea ha aprobado un reglamento para la homologación de un nuevo dispositivo de uso obligatorio en transportes de mercancías y pasajeros en 2022, el Alcolock.
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