La ingestión de nicotina produce un efecto casi inmediato en la liberación de epinefrina de la corteza suprarrenal. Esto estimula el sistema nervioso central y otras glándulas endocrinas, lo que causa una liberación súbita de glucosa. Esta estimulación es seguida de depresión y fatiga, lo que hace que el usuario necesite más nicotina. La nicotina se absorbe rápidamente del humo del tabaco en los pulmones, independientemente de si el humo del tabaco proviene de cigarrillos, cigarros puros o pipas.

Por eso, hoy en España se da un paso adelante en la detención de este problema de salud pública. La ministra de Sanidad, Elena Salgado, anunció que su departamento pretende prohibir fumar en los centros laborales a finales de 2005. La prohibición se impondrá gradualmente, con un pacto con las organizaciones sindicales y con los empresarios, «de manera que haya un gran acuerdo en el sentido que no se pueda fumar en los lugares de trabajo».