Son ya muchos los personajes de la política, las ciencias, las artes y las letras que están pidiendo a gritos una revisión de la actual política de drogas debido a su reconocido fracaso. Desde 1912, hace casi 100 años, en que en la Convención de la Haya se dictó la primera norma prohibitiva, año tras año, han ido creciendo el consumo y el tráfico, hecho que por sí solo ya certifica el estrepitoso naufragio de tal política.
En otras circunstancias y con un problema diferente ya se habrían tomado medidas para abordar esta situación y tomado las mesuras oportunas para adoptar soluciones efectivas.
La medida se pide para todas las drogas pero es más numerosa la que se refiere al cannabis. El cannabis está considerada una droga blanda y la realidad nos dice que es mucho menos adictiva y peligrosa que el tabaco y el alcohol. En un reciente estudio inglés por peligrosidad el alcohol está en el puesto 5, el tabaco en el 9 y el cannabis en el 11. En otros estudios se clasifican: en dependencia física el alcohol la tiene muy fuerte, el tabaco fuerte y el cannabis débil. En dependencia física el alcohol muy fuerte, el tabaco muy fuerte y el cannabis muy débil. En toxicidad el alcohol fuerte, el tabaco muy fuerte y el cannabis muy débil. En neurotoxicidad, el alcohol fuerte y el tabaco y el cannabis no tienen. A la vista de estos datos se hace patente que el cannabis es bastante menos fuerte y peligroso que el tabaco y el alcohol y sin embargo estas últimas son legales y el cannabis es objeto de una campaña en su contra basada, muchas veces, en mentiras, exageraciones y falacias con el único objeto de crear un miedo exagerado que lleve a una percepción del riesgo magnificado y dramatizado que nada tiene que ver con la realidad.
¿Por qué no se empieza por la legalización del cannabis para poder ver y ponderar los resultados?, puede tomarse como ejemplo la permisividad de Holanda con los coffee shops, cuyos resultados son altamente positivos. Con ello han conseguido separar la distribución del cannabis con las drogas duras y la prevalencia en las drogas duras es de las más bajas de Europa, con lo cual han demostrado que el cannabis no conduce al consumo de drogas duras, el responsable es el camello que trafica también con ellas, con los coffee shops han disminuido los delitos relacionados con drogas (robo, homicidio, abusos, etc.) que cometen los consumidores para obtener la droga o como efecto de lo que consumen, y los que cometen los traficantes. Un punto que algunos consideran negativo es el del turismo cannabico, pero ello se debe a que es sólo Holanda la que tiene permisividad con el consumo, si la medida se adoptara a nivel mundial el turismo cannabico desaparecería totalmente. En principio, el caso holandés demuestra tres cosas. Primero, que el prohibicionismo no reduce los delitos relacionados con drogas, al contrario, los aumenta. Segundo, que la política de drogas no guarda relación con la cantidad de consumidores. Y tercero, que una política normalizadora sí mejora las "condiciones" del consumo, medido en términos de salud, edad de entrada, uso de otras sustancias, calidad de lo que se consume.
Todo lo que hagamos o propongamos tiene que ir dirigido a:
- Favorecer la salud pública.
- Respetar la libertad individual de las personas a decidir qué quieren hacer.
- Dar prioridad a todo aquello que vaya en contra del narcotráfico.
- Asegurar la continuidad en cantidad, cualidad y pureza del producto.
- Promocionar programas de disminución de riesgo y reducción de daños.
- Estimular, promocionar y subvencionar las investigaciones para el uso terapéutico de las drogas.
- Despenalizar el consumo de todas las drogas.
- Promocionar los programas de prevención del consumo.
- Potenciar los programas de atención y seguimiento a los adictos y las salas de venopunción higiénica.
La política debe de referirse a la vigilancia y control del cultivo y producción, importación, distribución, venta y consumo. Es del todo importante regular la producción del cannabis para el consumo en los establecimientos de coffee shops, de manera que no tengan que caer en un mercado ilegal a la vez esté asegurada su calidad.
Se tiene que establecer un sistema por el cual se tenga conocimiento y seguridad en:
- Permitir la producción de cannabis agrícola y cannabis parar el consumo., bajo un control riguroso para que no provoque tráfico ilícito.
- Permiso y control de las cantidades de producción.
- Control de calidad e higiene.
- Control de los costes de producción y posteriores costes de reventa al cannabis café, con el fin de que los precios no sean abusivos ni demasiado bajos. (Para que no puedan decir que es una promoción del consumo)
- Protección y ayudas a la agricultura para la producción de cáñamo industrial y fomento de la creación de empresas que lo hagan servir como materia prima.
- Control de la personalidad y antecedentes del empresario que abre el cannabis café, para evitar que esté en manos de redes nacionales o internacionales de narcotraficantes.
Admitir la creación de cannabis café con los siguientes requisitos:
- Vender solamente cannabis, el encontrarles vendiendo otras drogas acarreará el cierre temporal inmediato del local.
- Vender sólo de 5/10gr., por persona. (Legislación española, circular 1/1984 de la Fiscalía General del Estado)
- No hacer publicidad de las drogas ni apología del consumo. (Incluido el cannabis). Entregar a los clientes folletos elaborados por la Conserjería de Salud de prevención del consumo, “fuma cannabis por placer pero no abuses, no fumes en la escuela en el trabajo o si tienes que estudiar, no conduzcas, no lo mezcles con alcohol u otras drogas, no fumes si eres diabético, epiléptico o si estás embarazada y no compres en la calle, compra con seguridad de control de calidad en un coffee shop”.
- No permitir que molesten a los vecinos, bajo sanción de multa y cierre del local a la tercera vez de reincidencia.
- No permitir la entrada a menores de edad (- de 18 años) ni venderles cannabis.
- Ver cual es la relación ideal establecimientos población y zonas de las poblaciones mas adecuadas por su instalación.
- Stok máximo en el cannabis café 10/ por 100 dosis = 1000 gramos.
- Totalmente prohibida la venta de bebidas alcohólicas (incluyendo las alcohólicas SIN).
- Al primer incumplimiento cierre temporal del local y multa y al segundo cierre definitivo.
Debería de crearse una comisión permanente para el seguimiento y evaluación de los resultados en cada país, compuesto por representantes del Ministerio o Conserjería de sanidad, científicos, médicos, psicólogos, profesionales de la drogodependencia, Ong’s, todos ellos especializadas en el tema, usuarios rehabilitados y representantes de los medios de comunicación. Una vez vistos los resultados en un plazo de tres a cinco años tomar las decisiones que aconsejen los estudios realizados para abordar nuevas políticas en el terreno de las drogas y la drogadicción.
Ya sé que esta propuesta escandalizará a muchos, pero ¿por qué no hacer la prueba con una droga mucho menos peligrosa y adictiva que las drogas legales?
Firmado: Joan Manuel Riera Casany
Voluntario social