Científicos de la Universidad de Auckland, en Nueva Zelanda, han probado por primera vez la relación directa entre el uso del cannabis y los accidentes de tráfico. Hasta ahora la conexión se había establecido a partir de las evidencias post mortem o la investigación en el laboratorio. Ahora existen nuevas pruebas obtenidas en un estudio de campo que aconsejan insistir en nuevas campañas de educación que adviertan sobre los riesgos derivados del consumo de esta sustancia.

El equipo de investigadores realizó un seguimiento de 571 conductores implicados en accidentes donde, al menos, uno de los ocupantes del vehículo resultó muerto o hospitalizado, y de un grupo de control de 588 conductores seleccionados de forma aleatoria en Auckland. Tanto en un caso como en otro se preguntó si, en las tres horas previas, habían fumado marihuana y si eran consumidores habituales de esta sustancia durante el último año.

Los resultados, publicados por las agencias británicas, demuestran que el 5,6% de los fumadores habituales de cannabis se vieron implicados en un accidente de tráfico, frente al 0,5% del otro grupo de conductores. Es decir, las posibilidades eran 9,5 veces superiores en el caso de los consumidores de cannabis. Su riesgo era además más elevado si el consumo se había producido momentos antes de sufrir o provocar el accidente.

El estudio confirma los datos obtenidos por el Ministerio de Interior de España que revelan que un 10% de los casos de fallecidos o heridos en las carreteras españolas había consumido sustancias con efecto psicoactivo que alteran las capacidades físicas y psíquicas del conductor.