Son muchas las voces que reclaman la legalización de las drogas para acabar con el narcotráfico pero a mi entender la solución no es tan sencilla. Ya no existen narcotraficantes puros, se han convertido, por un lado, en organizaciones criminales con un gran abanico de negocios ilegales, comercio ilegal de animales protegidos, trata de blancas, trata de personas, venta (en Méjico) de petróleo robado, tráfico de armas, contrabando de toda clase de artículos, y por otro lado el dinero negro lavado, producto de sus negocios ilegales, lo están invirtiendo en empresas legales, multinacionales, bolsa, bancos, etc. El panorama no es muy halagüeño se ha dejado, por negligencia de los gobiernos y las instituciones ultra nacionales, que las organizaciones mafiosas hayan adquirido demasiado poder, y la globalización les ha ayudado en gran manera. La globalización ha internacionalizado el narcotráfico poniendo en contacto a todas las mafias y organizaciones criminales de todo el mundo y los paraísos fiscales aseguran la impunidad y el blanqueo de dinero negro del crimen organizado, del narcotráfico, del terrorismo, del tráfico de armas, del tráfico de personas y de la corrupción en general. Con la globalización de los mercados financieros, se convirtieron en los compañeros de viaje de los banqueros. Compañeros de quienes no pueden deshacerse o de quienes no pueden prescindir.
Con la legalización se acabaría con sus cuantiosos ingresos con las drogas, que ya es mucho, pero ¿y el resto de sus negocios? ¿cómo pretenden los gobiernos acabar con ello? ¿se dan realmente cuenta del inmenso poder económico que, gracias a su dejadez, han adquirido estas organizaciones? Las organizaciones criminales se han convertido en verdaderas multinacionales ilegales con enorme poder económico y financiero por una parte y en multinacionales legales gracias al blanqueo de dinero por otra..
De ello se deduce que como primera medida hay que acabar con los paraísos fiscales, paraísos que a pesar de las manifestaciones de los gobiernos es a ellos a los primeros que interesa y a las multinacionales también. Medida pues difícil de tomar ya que el dinero legal y el dinero negro están demasiado mezclados a todos los niveles gubernamentales, empresariales y particulares.
Cada día que pasa las organizaciones criminales van adquiriendo más poder y más difícil será acabar con sus nefastos negocios.
Las Naciones Unidas consideran que el volumen anual de negocios de las organizaciones criminales asciende a más de 1 billón de dólares. El Producto Criminal Bruto (PCB) representa un 15% del comercio mundial. Estas cifras incluyen las ganancias obtenidas por el tráfico de drogas, armas y el contrabando, la malversación de fondos públicos, la evasión fiscal de los ricos, las cajas negras de los casinos, la financiación oculta de los partidos políticos, así como las actividades controladas por las distintas mafias tales como la prostitución y el juego. Todo este dinero sucio debe ser lavado, inyectándolo en el sistema bancario legal. El lavado de dinero a gran escala implica la complicidad tanto del sistema financiero como de los políticos, ahora resulta imposible distinguir lo ilícito de lo legítimo en las finanzas internacionales. Desde hace algunos años, la revista Business Week viene presentando regularmente informes acerca de casos de penetración del crimen organizado en la Bolsa de Nueva York.
El panorama es realmente angustiante, ¿que futuro nos espera? ¿serán las organizaciones criminales las que rijan la economía y consecuentemente la política del mundo? No se vislumbra quien le ponga el cascabel al gato y el futuro se presenta bastante negro. Los gobiernos y las organizaciones ultra nacionales tienen mucho en lo que reflexionar, si es que aún están a tiempo.
Firmado: Joan Manuel Riera Casany
Voluntario social