El caballo ya no trota en las Cuencas. La popularización de la cocaína y las drogas de diseño entre los consumidores más jóvenes, el temor a las enfermedades de transmisión por el empleo de jeringuillas y la escasez de suministro por la inestabilidad política de Oriente Medio (principal suministrador) han provocado una caída en el consumo de heroína en los valles mineros. Esta tendencia se refleja en las estadísticas sanitarias y policiales de los territorios carboneros, que en los últimos años han registrado un descenso tanto el número de usuarios de la terapia sustitutiva de metadona como en la cifra y magnitud de los alijos de heroína incautados por los agentes de las Cuencas. Además, puntuales redadas policiales, como la que se ha desarrollado este misma semana en Pola de Laviana, contribuyen también al arrinconamiento de este peligrosa sustancia.
La Policía Nacional de la Comisaría de Langreo-San Martín detuvo el día 13 en Pola de Laviana a David O. S., conocido como «Karpy» y «Zapo». Este sierense, de 33 años de edad, está considerado como el mayor distribuidor de heroína al por menor de la zona centro de la región. La zona en la que vendía la droga abarcaba principalmente los concejos de Langreo y San Martín, aunque también distribuía la heroína en Laviana, Siero y Oviedo. En la capital del Principado el grupo de estupefacientes de la Policía Nacional detuvo a otras dos personas, Rubén I. F., «Churrito», de 33 años, y Noemí G. H., de 29 años, a las que se acusa de vender la droga que les «pasaba» David O. S. En la operación la Policía incautó un total de 5.000 dosis de heroína, una báscula, 1.575 euros en metálico, cinco teléfonos móviles y distintos artilugios para el envasado y la distribución de la heroína. Estas tres personas ya habían sido detenidas en cuatro, seis y siete ocasiones, respectivamente, casi todas ellas en relación con el tráfico de drogas.
Según la Policía Nacional, la droga incautada, una vez cortada (adulterada) y distribuida en dosis, podría alcanzar en el mercado al por menor un valor aproximado de 47.000 euros. La Policía también afirmó que con esta detención «se logra neutralizar al mayor vendedor de heroína al por menor en la zona central de Asturias». Pese a lo alarmante de los detalles de la operación policial, este grupo de traficantes se pueden considerar casi en peligro de extinción. La heroína se ha convertido en los últimos años en una droga casi residual, cuyo contrabando ha quedo circunscrito a pequeños grupos de toxicómanos.
Según los datos aportados por fuentes del área sanitaria de Mieres y por Cruz Roja de Langreo, en actualidad 601 vecinos de las Cuencas -309 en la comarca del Nalón y 292 más en el valle del Caudal- están adscritos al tratamiento de metadona para tratar de superar su adicción a la heroína. La cifra de drogodependientes apuntados en 2004 era de 719. En la evolución de la estadística influyen factores generacionales, debido a la preferencia de los nuevos consumidores por otras drogas, y la elevada tasa de mortalidad asociada a esta toxicomanía. De hecho, el perfil del adicto a la heroína está claramente definido: un varón de mediana edad con una prolongada trayectoria como drogodependiente.
En el mercado también se nota la pérdida de pujanza de la heroína. El ascenso de la cocaína y de las drogas de diseño -favorecido en los últimos años por un descenso en el precio de estas sustancias- se ha traducido en el relevo del caballo como la droga más consumida. La situación geopolítica y los conflictos armados en zonas como Afganistán (uno de los principales suministradores) también ha repercutido en la cantidad, pero sobre todo en la calidad, de los envíos que llegan a Europa.
Todas estas circunstancias provocan que la heroína tenga cada vez un protagonismo menor, que también se observa en el calado de los alijos incautados, tal y como precisan fuentes policiales de la comarca del Nalón. «Las aprehensiones más grandes que se producen en la actualidad en el valle son de cocaína, que es la droga que tiene más mercado. En el caso de la heroína las operaciones se ciñen al desmantelamiento de «puntos negros» muy concretos», explican. En muchas ocasiones, además, los camellos de heroína son drogodependientes que trafican para costear su autoabastecimiento.
En el valle del Caudal la lectura es similar. En la comarca el consumo de drogas también ha experimentado un notable giro en el último lustro. La Guardia Civil reconoce que la presencia en la calle de la heroína, considerada la reina de los estupefacientes en las décadas de los setenta y los ochenta, ha quedado totalmente relegada, dando paso, sobre todo, a la pastillas de diseño y a la cocaína.
El cannabis, por el contrario, mantiene su estatus como la sustancia más consumida. Responsables locales del instituto armado apuntan que en la actualidad es poco habitual interceptar movimiento de heroína. Es más, afirman que, en el caso de Mieres, el tráfico de esta droga está circunscrito casi en su totalidad a miembros de una etnia concreta.