Comportamientos paranoides, crisis de ansiedad o manía persecutoria son solo algunos de los síntomas de enfermedades psiquiátricas que se multiplican en los adolescentes de Vigo. El consumo de drogas entre los jóvenes sigue una línea ascendente y los brotes de carácter psicótico derivados de estos malos hábitos comienzan a aparecer antes y con una contundencia mayor. Los servicios de Urgencias de Vigo reciben cada mes entre 15 y 20 personas -de entre 16 y 24 años- que presentan síntomas de psicosis provocados por tomar algún tipo de estupefaciente. «Una cifra que va en claro aumento», apunta José Luis Fernández Sastre, psiquiatra del Hospital Xeral.

La mayor parte de estas crisis se producen durante el fin de semana, están provocadas por una intoxicación y no suelen alargarse más allá de 72 horas. Los síntomas pueden ser variados, aunque la agresividad o la ansiedad por la creencia de estar siendo perseguido son los más habituales. «Llegan casos de agitación psicomotriz aguda; pacientes muy agitados, peleando y que gritan como consecuencia de las alucinaciones que tienen», explica Martín Rubianes, responsable del servicio de Urgencias del Hospital Xeral.

En los últimos cinco años se ha disparado un 25 por ciento el número de jóvenes con brotes psicóticos inducidos por el consumo de drogas. En la mayoría de los casos son las denominadas de diseño las desencadenantes de gran parte de estas crisis . «Desde que han aparecido, este tipo de casos se ven con asiduidad», comentan en el Xeral.

Recaídas

Los pacientes que sufren un primer brote psicótico lo superan y no suelen recaer. A pesar de que se trata de crisis puntuales que no se alargan más allá de tres días y, como mucho, necesitan un periodo de tratamiento de seis meses. El problema se agrava con las recaídas. «Cuando es algo que se repite puede haber detrás una enfermedad psiquiátrica añadida; entonces es cuando se tendría que tener un especial cuidado», señala el doctor Fernández Sastre. Las consecuencias psicóticas podrían entonces agravarse, «nunca se llegaría a una esquizofrenia si no se es una persona propensa a ella, pero sí a otro tipo de trastornos psiquiátricos o incluso al deterioro cognitivo a largo plazo», añade.

Las drogas más peligrosas son las de diseño, además de la cocaína y la heroína. «El cannabis habría que situarlo en un segundo plano, pero no descartarlo, pues también puede llegar a ser el desencadenante de estos brotes psicóticos», asegura José Luis Fernández. «En los jóvenes de entre 15 y 30 años suele darse una combinación entre el consumo de cocaína con otro tipo de drogas, ya sean pastillas o porros», matiza Martín Rubianes.

Lo que preocupa ahora a los especialistas psiquiátricos son las consecuencias a largo plazo. Observan con preocupación cómo aparecen casos de personas con problemas psicóticos que no están relacionados con una intoxicación puntual sino con el consumo habitual de drogas. «Hace años no se veía casi ningún paciente con problemas de psicosis fuera de los episodios de intoxicación; ahora registramos unos tres mensuales», asegura el doctor Fernández Sastre.

Cocaína

El aumento de problemas de carácter psiquiátrico camina paralelo a la «facilidad con la que en la actualidad se accede a la compra de drogas». En el caso de la cocaína, por ejemplo, Jesús Cancelo, director de Alborada, confiesa que entre sus pacientes se comenta. «Los consumidores coinciden en que cada vez es más fácil adquirirla», señala. Así y todo, cree que se trata de una droga que todavía no está generalizada entre la gente joven, sino «en aquellas personas con un poder adquisitivo más elevado». Aunque asegura que la Teoría de la Escalada se cumple en un gran número de casos, es decir, «se comienza con los porros y se acaba consumiendo drogas más duras, pero no en todos los casos», matiza.