Investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Maryland en Baltimore (Estados Unidos) han descubierto en ratas que las neuronas en una parte del cerebro conocida como amígdala basolateral media la conducta persistente inducida por la exposición a la cocaína. Estos resultados, que se publican en la edición digital de la revista Nature neuroscience , sugieren que la amígdala podría participar en la incapacidad de los adictos para modificar su conducta en presencia de las consecuencias negativas de ella.
Los investigadores entrenaron ratas para que respondieran a un olor para recibir una recompensa y para no responder a otro y así evitar un castigo. Cuando la asociación entre el olor y la recompensa o castigo posterior se invirtió, los animales expuestos a la cocaína antes de aprender tenían dificultades específicas para aprender a detener la respuesta al indicio que antes daba lugar a la recompensa. Los autores también identificaron neuronas que respondían de forma diferenciada a cada olor, una vez que el animal había aprendido qué olor predecía la recompensa o castigo.