El «disgusto, el temor, la tristeza o la preocupación» por los mensajes puede desalentar el tabaquismo
Los paquetes de cigarrillos deberían mostrar imágenes de dientes amarillentos, encías ennegrecidas, tumores de cuello y hemorragias cerebrales para alertar a los fumadores de los riesgos que acarrea su consumo. Esto es lo que propone la Organización Mundial de la Salud.
Más de 20 países, incluidos Gran Bretaña, Irán, Perú y Malasia, ya emplean advertencias visuales en sus productos con tabaco, señaló Douglas Bettcher, jefe de la Iniciativa Librarse del Tabaco de la OMS.
«Aunque algunas personas cuestionan la necesidad de estas fotos, la evidencia es absolutamente clara respecto de que convencen a las personas de abandonar» el cigarrillo. Las autoridades sanitarias venezolanas atribuyen la reducción en el consumo de cigarrillos al uso de este recurso.
Bettcher instó a que las imágenes se impriman sobre todos los envases de productos de tabaco y sobre las pipas de agua, una forma muy popular de consumo de tabaco en Oriente Medio. Bettcher añadió que el «disgusto, el temor, la tristeza o la preocupación» por las advertencias puede desalentar el tabaquismo.
Medida del Convenio Marco.
La OMS, que exige a todo su personal que sea no-fumador o que intente dejar el cigarrillo, ha estado haciendo campaña por más de dos décadas para desalentar el tabaquismo y combatir los esfuerzos de las grandes tabacaleras, como Philip Morris International, Imperial Tobacco, Japan Tobacco y British American Tobacco, por atraer nuevos clientes.
En 2003, en el marco de la Asamblea Mundial de la Salud, los estados miembros de la OMS adoptaron por unanimidad el primer tratado mundial de salud pública, el Convenio Marco para el Control del Tabaco. El convenio señala que a medida que se aplican las restricciones a la publicidad, el envasado del tabaco desempeña una función cada vez más importante en el consumo del producto.
Por ello, el tratado obliga a los Estados partes a adoptar e introducir en los productos de tabaco y el envasado externo de los mismos advertencias y mensajes sanitarios grandes, claros, visibles, legibles y rotativos que ocupen al menos 30% de la superficie externa principal.
La industria del tabaco, afirma Bettcher, se opone a las alertas visuales porque las considera una amenaza para sus ganancias. La emergencia reciente de productos y accesorios diseñados para tapar las advertencias de salud demuestran que las alertas tienen impacto, dijo Rob Cunningham, de la Sociedad Canadiense de Cáncer.