Los adolescentes que animan sus fines de semana con calimochos y las conversaciones con compañeros pasándose un cigarro no son vistos por buena parte de la sociedad, incluidos muchas veces sus padres, como menores con problemas de drogas. Esa aceptación social de la bebida y el tabaco, sobre todo si hay niños y jóvenes involucrados, es uno de los primeros retos de trabajo a los que se enfrenta la Alianza Comunitaria contra la Drogadicción de Valladolid, que se constituyó ayer.

Del decálogo de intenciones que suscribieron las 63 instituciones, asociaciones y colectivos en los que se apoyará la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades, responsable del Comisionado Regional contra la Droga, los cuatro primeros puntos eran de combate directo al alcohol y al tabaco. César Antón, consejero de Familia, reconoció que el abordaje de la prevención de adicciones es un asunto «complejo», que requiere de «acciones sostenidas en el tiempo» y precisa «no bajar la guardia y estar preparados para afrontar los cambios».

Antón no pasó por alto la peligrosidad que supone contemplar con benevolencia el consumo de bebidas alcohólicas y tabaco. «Las edades de inicio a estas sustancias cada vez son más precoces y ese es un dato preocupante», precisó el consejero, que añadió a este razonamiento los costes sociales y sanitarios que conllevan el tratamiento de las adicciones y las dolencias ligadas a esos consumos nocivos.

Los datos que maneja el recién aprobado (el 27 de agosto) VI Plan Regional Sobre Drogas apuntan que el consumo de tabaco y bebidas etílicas en al región supera los promedios españoles, «siendo más acusada esa diferencia entre la población de estudiantes de 14 a 18 años».

Unos consumidores adolescentes en los que son «frecuentes las borracheras y los episodios intensos de consumo de alcohol en un espacio corto de tiempo y el consumo de cannabis», mientras que a edades más avanzadas, el patrón evoluciona hacia un consumidor que bebe a diario y el perfil de un gran fumador.

Base social

Entre los colectivos que materializaron ayer la Alianza Comunitaria contra la Drogadicción figuran medios de comunicación como EL NORTE DE CASTILLA; sindicatos y organizaciones empresariales como CC. OO., UGT y la Confederación Vallisoletana de Empresarios; los clubes deportivos de la ciudad; administraciones locales y las organizaciones que pelean todos los días a pie de calle contra la droga. Ahí están Aclad, Cruz Roja, Proyecto Hombre y Alcohólicos Rehabilitados, entre otros. Unos colectivos temerosos de que la crisis económica y el descenso de la recaudación pública se traslade a un recorte de los fondos que reciben para la prevención, la atención y las terapias de desintoxicación que llevan a cabo. Tampoco faltan responsables del sector de la distribución y los supermercados, lugares de abastecimiento habitual para los problemáticos botellones, y de los colegios de profesionales implicados en la atención a los adictos: médicos, psicólogos, enfermeros y trabajadores sociales, por ejemplo.

«Gracias de verdad a todos porque sois los que dais fuerza a esta alianza, con un respaldo efectivo en el trabajo de prevenir el consumo», resaltó César Antón tras la primera reunión de trabajo del grupo. Un encuentro al que seguirá otro en vísperas de las Navidades, ya que se han fijado un mínimo de tres al año: antes de las fiestas navideñas, la Semana Santa y el verano, momentos que coinciden en el calendario con los tradicionales botellones estudiantiles.

Palencia, la siguiente

La constitución de la Alianza de Comunitaria contra la Drogadicción en Valladolid, a la que ayer puso voz la medallista olímpica de natación sincronizada Laura López, se extenderá a otras provincias de la comunidad. De inmediato, a Palencia. La elección de la nadadora para vestir de largo esta iniciativa tuvo mucho que ver con los valores que encarna. Responsabilidad, lealtad, trabajo y espíritu de equipo son algunos de los que enumeró el delegado territorial de la Junta, Mariano Gredilla, que personificó en Laura López el espejo ideal en el que debería mirarse un adolescente.

Algunos objetivos que tiene por delante esta alianza son ofrecer ocio joven seguro, la aplicación de la ley en materia de drogas y de alcohol, tabaco y menores, combatir la aceptación social que todavía tienen el alcohol y el tabaco, evitar la incitación al consumo abusivo de bebidas etílicas, hacerlas menos accesible para los adolescentes -como prueba de que ahora lo son, ahí están los botellones y las 69 denuncias del último fin de semana- y concienciar sobre los daños, personales y sociales, caso de enfermedades, peleas, embarazos no deseados, accidentes de tráfico y laborales. Para esta complicada tarea, Antón, propuso «coordinación», y ¿por qué no?, «suerte». Los colectivos añadieron otra petición: «recursos».