Los fumadores que acudan a comprar su cajetilla no pagarán un impuesto específico para financiar tratamientos contra esta adicción. La Consellería de Sanidade rectificó su voluntad de proponer un «céntimo sanitario» para pagar estas terapias y retiró su propuesta del Plan de Prioridades Sanitarias 2011-2014 que ayer presentó en el Parlamento la responsable de este departamento, Pilar Farjas.
La conselleira rehuyó cualquier mención a ese impuesto que penalizaría el consumo de tabaco de forma similar a los combustibles, gravados por el Gobierno autonómico con 2,4 céntimos por litro para infraestructuras sanitarias. Su propuesta aparecía en el borrador del plan que había elaborado en mayo. Ayer, sin embargo, el documento final omite la propuesta.
El punto sobre las medidas contra el tabaquismo establece «proponer al Gobierno de España medidas que garanticen la cobertura financiera de los tratamientos de los fumadores y su incorporación a la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud». El texto del borrador era diferente y proponía «al gobierno competente la aplicación a la compra de tabaco del «céntimo sanitario» para financiar los tratamientos de las personas fumadoras que desean abandonar el hábito».
Fuentes de Sanidade justificaron ayer su cambio de postura alegando que el borrador era tan sólo un documento inicial, descartando nuevos impuestos a los fumadores y delegando en Moncloa la responsabilidad de proponer fórmulas de financiación de las terapias para dejar de fumar. «Tras la exposición pública se decidió eliminar la literalidad de la propuesta, aunque no su finalidad única, consecuente con el ideario de no crear más impuestos, pero respetando el criterio técnico de buscar soluciones al problema del tabaquismo», alegó el departamento de la Xunta a este diario.
Farjas compareció en el Parlamento para informar sobre el plan de prioridades, pero el debate derivó por otro camino. Mientras la conselleira se centró en defender un plan que priorizará la atención sobre ocho enfermedades graves, la oposición le reprochó no dar soluciones a la deuda sanitaria. De hecho, el socialista Modesto Pose le recordó que Farmaindustria señaló a Galicia como la comunidad en que más se disparó el gasto en medicamentos hasta los 236 millones de euros, un 38% más que a comienzos de 2010.
En su intervención, Farjas reclamó el apoyo de la oposición a su plan, pero PSdeG y BNG lo censuraron por ser un compendio de «obviedades». La conselleira explicó que en un momento de contención del gasto su departamento debe «priorizar» actuaciones. Por ello, se recoge un listado de ocho enfermedades graves que se atenderán con mayor celo en el sistema sanitario: cardiopatía isquémica, cáncer de pulmón, mama y colon, ictus y enfermedades cerebrovasculares, diabetes mellitus, depresión y trastornos afectivos y enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Además, apeló a la necesidad de reducir la tasa de cesáreas en Galicia.
Poco duró este debate. La oposición forzó el giro hacia las cuentas públicas, recordando, como hizo en una intervención anterior la socialista María José Caride, que fue el presidente de la Xunta quien situó en el ojo del huracán la deuda de 15.000 millones de la sanidad estatal. «¿Cuánto corresponde a Galicia», preguntó Caride. Este mismo asunto acaparó la comparecencia de Farjas, que aseguró que la comunidad «no tiene ninguna deuda» y paga en una «media de 74 días», si bien en algunos casos estas cifras aumentan hasta los 120, según el propio Sergas.
La conselleira también criticó al PSOE por «no tener propuestas sobre la grave situación financiera de la sanidad pública» y oponerse a la construcción de hospitales por la fórmula de colaboración público-privada a pesar de que serán «cien por cien públicos».
Por su parte, el socialista Modesto Pose denunció el sobrecoste del nuevo hospital de Pontevedra y exigió datos sobre una deuda sanitaria , proclamó,»que ya supera en un 38% a la de 2006″.
La nacionalista Ana Luís Bouza acusó a Sanidade de «alargar en 20 días los pagos a sus proveedores», pasando de los menos de 60 días con el bipartito a los más de 80. «Son 20 días más de facturas en el cajón, es la realidad de sus incumplimientos», le espetó.
En ayuda de Farjas acudió el popular Rosendo Fernández, que defendió el catálogo de fármacos y centró sus dianas en Moncloa, a la que acusó de no afrontar el déficit de 15.000 millones que su formación atribuye al sistema sanitario estatal.