Con la idea de reducir el estigma relacionado con las drogas en la investigación académica, el International Journal of Drug Policy publica un conjunto de principios orientadores para que autores, editores y revisores empleen un lenguaje más inclusivo y respetuoso. Estos principios buscan mitigar los efectos negativos del lenguaje estigmatizante al referirse al consumo de sustancias.
Tal y como destacan en el documento, el lenguaje es poderoso. “Las palabras que usamos pueden tener efectos sociales, políticos y de salud duraderos, particularmente en contextos relacionados con el uso de sustancias, que a menudo están sujetos a la lógica de la guerra contra las drogas y a sanciones legales penales significativas”. Es por ello que hay que tener cuidado en el uso de las palabras empleadas, ya que estas pueden modificar las realidades y oportunidades de las personas que consumen drogas.
El estigma asociado con las drogas, señala el artículo, justifica respuestas punitivas como sanciones económicas, encarcelamientos y hasta ejecuciones extrajudiciales. Asimismo, la criminalización y patologización del consumo refuerza el estigma, situando a las personas usuarias de drogas ilícitas entre los grupos sociales más marginados y estigmatizados en todo el mundo.
Asimismo, el documento subraya que las elecciones lingüísticas tienen un impacto profundo en la salud, la equidad y el bienestar de las personas, y que el uso de palabras incorrectas puede perpetuar la discriminación y dificultar el acceso a tratamientos y servicios de apoyo. “El estigma y la discriminación relacionados con las drogas son, por lo tanto, un problema crítico de salud pública y, para muchas personas que usan drogas, una cuestión de vida o muerte. Si bien el lenguaje puede generar estigma y facilitar estos efectos sociales y de salud perjudiciales, también puede desmantelar el estigma. Por eso las palabras importan”.
Entre las recomendaciones, el International Journal of Drug Policy incluye el uso de un lenguaje centrado en las personas, evitar términos peyorativos como «adicto» o «criminal», y ser específicos en lugar de generalizar. También se resalta la importancia de involucrar a las personas afectadas por el consumo de drogas en la selección de los términos, respetando sus preferencias y adaptando el lenguaje según el contexto:
- Usar lenguaje centrado en la persona.
- Usar lenguaje empoderador y basado en fortalezas.
- Evitar la jerga y el argot.
- Evitar generalizaciones.
- Usar lenguaje inclusivo.
- Involucrar a las personas y respetar sus preferencias.
- Ser consciente del contexto y tener cuidado con la elección del lenguaje.
Estas guías buscan sensibilizar a la comunidad académica sobre la importancia de emplear un lenguaje reflexivo que no perpetúe el estigma, reconociendo que las normas lingüísticas evolucionan continuamente.
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