El informe “Los mercados de drogas en España vistos a través de un servicio de análisis de sustancias: MDMA, cocaína y tusi” elaborado por el programa Energy Control del Grupo ABD, presenta un análisis detallado de la evolución de tres mercados clave de drogas en el país entre 2022 y 2024. A través del estudio de las más de 16.000 muestras entregadas entre los años 2022 y 2024, el equipo de investigación ha identificado tendencias significativas que permiten comprender mejor el estado actual de estas sustancias en términos de pureza, adulteración y composición, lo que resulta fundamental para informar estrategias de reducción de riesgos.
En el caso de la MDMA, se han incluido todas las muestras analizadas por los cuatro servicios de Energy Control entre 2017 y 2024, adquiridas como MDMA. En total, 9185 muestras. Entre 2021 y 2022, la cantidad de muestras aumentó significativamente, alcanzando su punto más alto en 2023 y 2024. Los formatos más comunes fueron cristal y comprimidos, mientras que otras presentaciones representaron solo el 0,1 % del total. El contexto de adquisición más frecuente fue quedando con la persona que la vendía. Tras un crecimiento entre 2019 y 2021, el acceso a través de la Deep Web disminuyó en los últimos años. Más de la mitad de las muestras (54,8 %) fueron adquiridas a un/a dealer de confianza. Las compras a personas desconocidas representaron el 19,2 % y a personas cercanas el 12,4 %.
Los resultados reflejan un mercado con niveles históricamente altos de pureza, especialmente en el formato cristal, y con dosis elevadas en los comprimidos. La dosis media de MDMA en pastillas superó los 150 mg en la mayoría de los años analizados, y en 2024 alcanzó una media de 180,1 mg. A pesar de esta pureza elevada, la adulteración se mantiene baja, aunque presenta cierta variabilidad en función del año y el formato. No obstante, un dato preocupante es la consolidación de las catinonas sintéticas, especialmente la 4-CMC, como principales sustancias utilizadas para adulterar tanto por adición como por sustitución. Esta tendencia implica un riesgo considerable, ya que estas NPS (nuevas sustancias psicoactivas) presentan perfiles de toxicidad poco conocidos y efectos potencialmente más nocivos para la salud que la MDMA original. Además, la presencia de metanfetamina, aunque anecdótica, ha sido detectada en algunos casos de adulteración por sustitución, lo que refuerza la necesidad de vigilancia constante del mercado.
El análisis del mercado de la cocaína también muestra un patrón de alta pureza y baja adulteración en los últimos años. Entre 2014 y 2024, un total de 7494 muestras de cocaína fueron entregadas para su análisis en nuestros servicios de análisis. En 2023, se alcanzó el valor máximo de pureza promedio con un 76,0 %. No obstante, en 2024 este porcentaje descendió debido al aumento de las muestras con una pureza de entre el 76 y el 100 %, categoría que ha mostrado altibajos a lo largo del tiempo.
En cuanto a la mayoría de las muestras analizadas no estaban adulteradas (51,2 %), y cuando lo estaban, el tipo de adulteración más común era por adición. Los adulterantes más frecuentes fueron el levamisol, la cafeína y la fenacetina, cuya presencia ha fluctuado a lo largo de los años, pero que en conjunto siguen representando los componentes más comunes en las muestras adulteradas. La adulteración por sustitución, por otro lado, se mantiene como un fenómeno poco habitual. En cuanto a la presencia de NPS en la cocaína, esta ha sido prácticamente irrelevante, lo que contrasta con la situación observada en el mercado de la MDMA. Respecto a los canales de adquisición, la compra presencial a personas conocidas sigue siendo la vía predominante, con escasa incidencia de la Deep Web.
Por último, el estudio dedica un apartado al análisis del tusi, o tusibí, un polvo rosado cuya composición real ha sido fuente de confusión mediática y policial. A través de las 470 muestras analizadas entre 2020 y 2024, se confirma que el tusi no contiene habitualmente ni cocaína ni 2C-B, sustancias con las que ha sido erróneamente asociado. En cambio, está compuesto mayoritariamente por ketamina y MDMA, presentes en más del 90 % de las muestras, junto con cafeína y otras sustancias en menor proporción. La cantidad de ketamina ha ido en aumento, lo que convierte a esta sustancia en el principal agente psicoactivo del tusi, con implicaciones importantes para la salud de las personas que lo consumen, dado su potencial adictivo y los daños urinarios que puede provocar. Además, se ha observado una gran diversidad en la composición de las muestras, con hasta 36 sustancias diferentes identificadas, entre ellas varias NPS, lo que evidencia un elevado nivel de riesgo e imprevisibilidad para quienes lo consumen.
Desde Energy Control se destaca que la única forma de evitar completamente los riesgos asociados al consumo de drogas es no consumirlas, pero reconoce que, si una persona decide hacerlo, es fundamental que esté bien informada sobre los riesgos y las maneras de reducirlos. Se recomienda evitar el consumo en solitario y contar siempre con alguien de confianza, ya que los efectos pueden ser impredecibles y una compañía puede ser crucial ante cualquier complicación. También se aconseja analizar las sustancias antes de consumirlas, ya que la adulteración inesperada es común en los mercados ilegales. Otra medida preventiva es espaciar las dosis y reducir la frecuencia de consumo para minimizar efectos adversos y evitar el desarrollo de problemas asociados al uso continuado. Además, se recomienda mantenerse bien hidratado y evitar la mezcla de sustancias, especialmente entre estimulantes, depresores o una combinación de ambos, ya que pueden enmascarar sus efectos y aumentar el riesgo de sobredosis o reacciones adversas graves.