Seis de cada diez niños mayores de 14 años han manchado sus pulmones con tabaco en alguna ocasión. Esta es tan sólo la primera de una larga lista de cifras que reflejan la relación de la infancia con la nicotina hoy en día. Si se habla de fumadores habituales el porcentaje baja hasta el 29% de los adolescentes entre 14 y 18 años, claro que la cifra es muy similar a la de adultos enganchados a la nicotina: un 32%. Los educadores sociales advierten del riesgo que acarrea tanto la exposición de los menores al humo de los cigarros como el inicio temprano en el tabaquismo. Destacan, además, que casi la mitad de estos adolescentes ya han intentado dejar la nicotina.

Muchos de ellos lo respiran antes de nacer, así que no es de extrañar que algunos niños de 11 años ya se hayan iniciado en el tabaquismo. El área de Psicología Clínica y de la Salud de la Universidad organizó ayer una serie de charlas con las que trataba de conmemorar el Día Mundial de la Salud recordando la necesidad de dar un futuro sano a los niños. En ellas se habló, y mucho, del tabaco.

La profesora María del Pilar García de la Torre fue la encargada de desvelar cifras como que el 60% de los adolescentes mayores de 14 años ya fuman de manera ocasional, según datos del Plan Nacional sobre Drogas, mientras que el 29% está “enganchado a la nicotina”. La experta destacó el peligro que suponen esta cifra ya que, un 85% de los niños que prueban el tabaco acaban siendo fumadores.

El 40% quiere dejarlo

La profesora hizo, además, un especial hincapié en el hecho de que cuatro de cada diez chicos menores que fuman ya han intentado dejarlo. En este sentido, García de la Torre destacó la necesidad de articular los medios necesarios para apoyar estos intentos.

La profesora destacó que en su departamento crearon hace años un programa estandarizado que ha obtenido éxito con menores de edad. La idea se basa en técnicas de modificación de conducta y un tratamiento psicológico. La conferenciante señaló que no utilizan ningún tipo de sustitutivo de la nicotina “porque en un menor no es recomendable”. En lugar de eso van reduciendo gradualmente la dosis de cigarrillos del paciente.

García de la Torre relacionó el inicio en el tabaco con el hecho de tener padres fumadores. Esto recibe el nombre de “efecto de modelado” y es, según la experta, uno de los riesgos secundarios de la adicción a la nicotina.

La otra cara del riesgo derivado de una colilla se esconde tras los incendios. No en vano, el tabaco es la primera causa de que se produzcan accidentes en las casas, tal y como recordó la conferenciante.

Dos millones de muertes

El humo de los padres y el que generan los propios menores tiene una consecuencia espeluznante. La profesora insistió ayer en que cada año se producen en el mundo más de dos millones de muertes de menores de cinco años por infecciones respiratorias. Muchos de esos casos se agravan, según García de la Torre, por efecto del tabaco.

Esta incidencia empieza a notarse en el embarazo. Así, el consumo de nicotina en este período tiene efectos como aumentar en un 50% el riesgo de aborto espontáneo. Los bebés hijos de madres fumadoras pesan una media de 150 a 200 gramos menos que el resto.

La lista de problemas que pueden afectar a estos pequeños se completa con dolencias como malformaciones congénitas, otitis y asma. Otra posibilidad es el aumento de riesgo de padecer tumores en el sistema nervioso central.