En torno al 57 por ciento de los gaditanos que inicia un tratamiento para dejar de fumar lo consigue. Los programas sanitarios, que incluyen terapias grupales e individuales y el empleo de fármacos según las necesidades de cada paciente, tienen éxito en un alto porcentaje. Esto teniendo en cuenta que la principal causa de fracaso es el abandono del tratamiento y que, sin embargo, el que cumple el plan de reducción progresiva del consumo (pues se ha observado que este método es más eficaz que suprimir el tabaco de forma radical), normalmente logra superar la dependencia.

No hay que pasar por alto, por otro lado, que la capital y la provincia son de las zonas de España con un mayor número de muertes por cáncer de pulmón. Así, aunque no existen datos oficiales, se deduce que el número de fumadores es muy alto (la ratio general apunta que fuma un tercio de la población española y Cádiz estaría por encima).

En cuanto a las personas que se animan a abandonar el hábito, así como con la entrada de la nueva Ley del Tabaco hubo un alto número de fumadores que dio el paso, después han decrecido las cifras. Se apunta que además, los que fracasan, no suelen volver a intentarlo hasta al menos pasados dos o tres años.

Todo esto lo explican el Neumólogo del Hospital Puerta del Mar Juan Manuel Gómez y la enfermera Dulce Medina, responsables de la Unidad de Tabaquismo del Centro de Especialidades Vargas Ponce. Ambos estuvieron ayer colaborando, aportando su experiencia y conocimientos, con la campaña Respiración cuyo camión itinerante visitaba la capital gaditana. Los objetivos, por una parte, prevenir el inicio al consumo entre los más jóvenes (que en Cádiz se produce a edades cada vez más tempranas descendiendo incluso hasta los ocho años), con lo que hubo visitas programadas de distintos colegios. Por otro, dar la información necesaria sobre los perjuicios del tabaco y los tratamientos posibles.

Además de con el asesoramiento de los profesionales los que ayer se acercaron al camión «Planeta Respira» pudieron, a través de distintos paneles, testimonios y audiovisuales, obtener información sobre los problemas de salud que origina el tabaco y realizarse pruebas para comprobar la contaminación de sus pulmones. Asimismo se apuntaban los rápidos beneficios que se obtienen al abandonar los cigarrillos. De esta manera, por ejemplo, en ocho horas se consigue recuperar los niveles normales de monóxido de carbono en los pulmones, en 24 horas el organismo elimina los principales tóxicos y a los días disminuye considerablemente el riesgo de que se produzcan afecciones cardiacas o del aparato respiratoria, y así hasta alcanzar el año, cuando el organismo consigue un alto nivel de recuperación.

Como explicaba Dulce Medina «hay tantos casos y perfiles como fumadores». Por eso señala que una de las prioridades del programa que se ofrece en Vargas Ponce se basa, de entrada, en la evolución de cada caso y necesidad «y se busca la motivación particular de cada persona para dejarlo».

Tanto Medina como el doctor Gómez quisieron, de otro lado, lanzar un mensaje sobre la conveniencia de que se dedicasen más tiempo y recursos para este tipo de programas y la financiación de los tratamientos por parte de la Seguridad Social pues, como señalaron, a pesar de que el tabaquismo está reconocido como enfermedad hasta ahora no se costean los fármacos.