Necesitamos caracterizar el consumo de cannabis en Colombia.
María Alejandra Vélez
Esta columna fue escrita en conjunto con Lucas Marín Llanes y Beatriz Irene Ramos Torres.
La discusión pública sobre el mercado de cannabis de uso adulto se ha enfocado en el balance de los potenciales beneficios y riesgos de una regulación de este mercado. El debate se ha limitado a comparar escenarios entre la regulación frente al actual modelo prohibicionista. Poco o nulo debate ha habido sobre los diferentes modelos regulatorios y los potenciales impactos de cada uno en los actores involucrados y en la sociedad.
La ausencia de información detallada sobre consumo en Colombia limita las propuestas para el diseño del mercado regulado. Más allá de la prevalencia anual y de vida de consumo de cannabis estimadas en 2,68% y 8,3%, respectivamente en 2019, no se tiene información sobre los usuarios y sus preferencias. Sabemos, por ejemplo, a partir de la encuesta a 5.910 personas de la Mesa Distrital Cannábica de Bogotá en 2021, que 20% obtiene el cannabis de autocultivo personal, 11,3% de un autocultivo comunitario, 46.5% lo compra en el mercado y al 21,7% le regalan las flores para fumar. Sin embargo, no se cuenta con información sobre las preferencias y practicas asociadas al consumo.
Caracterización del uso de cannabis
Desde el Centro de Estudios sobre Seguridad y Drogas (Cesed) de la Universidad de Los Andes, en alianza con la Mesa Distrital Cannábica de Bogotá, proponemos un instrumento para comenzar a recopilar información relevante sobre el funcionamiento del mercado y de las preferencias de los usuarios.
¿Cuál es el precio promedio de un gramo de cannabis o de un cigarrillo armable en las principales ciudades del país?, ¿cuál es el principal origen del cannabis que se consume en Colombia?, ¿cuáles son las características más importantes del producto para los usuarios?, ¿la potencia de THC, el origen de la flor, el tipo de cultivo, entre otras, son características importantes para la decisión de compra?, ¿cuál es la disponibilidad a pagar por un impuesto en un eventual mercado regulado?, y ¿en qué sectores quisieran los usuarios que se gastara ese recaudo tributario?, no es posible diseñar adecuadamente el mercado de cannabis si desconocemos las respuestas a estas preguntas.
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