No hay mal que por bien no venga y la tan odiada por muchos ley antitabaco ha provocado que las consultas y unidades de tabaquismo de toda España se hayan llenado de personas que buscan tratamiento médico. Es el caso de la del área de salud de Cartagena, ubicada en la plaza San Agustín, donde el número de personas que piden ayuda para dejar de fumar aumentó durante el año pasado un 15%, según los datos aportados por uno de los responsables del servicio, Francisco Ramos.
«La prohibición de fumar en bares y restaurantes ha provocado un aumento de personas que piden ayuda para desintoxicarse, igual que el que hubo en 2005 con la prohibición de hacerlo en el trabajo», explicó este especialista.
Por la Unidad de Tabaquismo pasan al año alrededor de 180 personas procedentes de los centros de salud, de los hospitales, de empresas y centros de trabajo o que acuden de forma voluntaria.
Según Francisco Ramos, el grado de efectividad que tiene el tratamiento que utilizan en la Unidad que dirige alcanza el 56%. «A los que nos dicen que dejan el tratamiento y a los que dejan de acudir sin decir nada los contabiizamos como casos perdidos», dijo el doctor.
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El alto porcentaje de personas que consiguen dejar de fumar después de un año tiene una mayor relevancia si se tiene en cuenta que esta unidad de tabaquismo apenas utiliza fármacos. De ahí que Francisco Ramos crea que «el que se haya suspendido las ayudas de la Comunidad en este sentido a nosotros no nos va afectar, ya que el tratamiento que usamos está basado en un mayor apoyo psicológico.
El proceso que utiliza en cada paciente que llega a su consulta se basa en tres pasos. En la primera entrevista, el doctor realiza un estudio sobre el grado de motivación que tiene el paciente para dejar de fumar y si tiene alguna patología que le pueda afectar durante el tratamiento. Por último, hace un diagnóstico del estado de ánimo.
El segundo paso se basa en diseñar un plan para dejar de fumar, que consiste en dar al paciente recomendaciones de comportamientos y hábitos. «El tratamiento farmacológico es muy bajo y en la mayoría de los casos es costeado por los usuarios», aseguró el especialista.
Para ayudar a combatir el tabaquismo, una enfermedad que es adictiva y es crónica, se intenta cambiar los hábitos y reducir progresivamente el consumo, explicó una de las responsables de la unidad antitabaco,
Por último, el paciente acude a la consulta, primero cada semana, después cada quince días y tras ello una vez al mes. En total hace unas nueve o diez visitas.
Cualquier persona interesada en dejar de fumar puede dirigirse a su médico de cabecera, que en los casos de mayor riesgo o con más dificultades remitirá al paciente a la Unidad de Tabaquismo, donde a través de un tratamiento gradual podrá conseguirlo. El programa consiste en la realización de tareas sencillas para debilitar paulatinamente la dependencia a la nicotina