A tres dólares por paquete ascendió el aumento que los fabricantes de cigarrillos aplicaron hace ya casi un año. Esta espectacular subida, que no condujo pocas criticas, ha mostrado su impacto positivo, al reducir el número de fumadores, principalmente entre las comunidades estudiantiles.

En 2000 un 12% de los estudiantes de Nueva Hampshire reconocían su adicción al tabaco, mientras que en 2001 el porcentaje se redujo a 6,3%. Los escolares también fuman menos: en 1995 36% de ellos habían probado el tabaco frente a un 25% en 2001.

Los precios del paquete de tabaco en Nueva Hampshire han pasado de 1,77$ en 1997 a 3,53$ en 2001, gracias sobre todo al impuesto sobre el tabaco introducido en 1999.

Gravar el consumo es considerado por las autoridades de todo el mundo como la mejor manera de devolver a la sociedad los perjuicios a la salud que causa el consumo de tabaco y el coste sanitario que ello representa. Sin embargo, las autoridades no se plantean en serio que estas medidas acaben con los consumidores ya que no existen en ningún país planes alternativos de ingresos que pudiesen aplicarse si un dia todo el mundo dejara de fumar. Saben que eso es imposible.