El doctor del Grupo de Urología Oncológica de la Asociación Española de Urología (AEU) y especialista del Servicio de Urología del Hospital Virgen de las Nieves de Granada, José Manuel Cózar, ha puesto de relieve los efectos del tabaquismo en la proliferación del cáncer de riñón, el tercer tumor urológico más frecuente tras el de próstata y vejiga entre la población comprendida entre los 50 y los 75 años.
Además del tabaco, también son factores de riesgo aquellos asociados a la dieta y los estilos de vida, como la obesidad y el alto consumo de dietas saturadas, así como aquellos marcados por determinadas condiciones laborales (el trabajo con pinturas, disolventes o sustancias como el cadmio o el asbesto) y ambientales.
Componente biológico
Según Cózar, el cáncer de riñón aparece en el doble de hombres que de mujeres y, aunque no se conocen las causas, la enfermedad también tiene un componente hereditario pues «algunas familias poseen una alteración genética que se asocia con un desarrollo más frecuente de este tipo de cáncer». Así, estudios epidemiológicos han demostrado, según el experto, que la incidencia puede aumentar de dos a tres veces en adultos con historia familiar de esta enfermedad.
Los expertos señalan que este tumor tiene un comportamiento biológico totalmente impredecible y que «en cualquier momento puede producirse una metástasis, incluso en tumores pequeños confinados al riñón» aunque, según el doctor Cózar, cuando se produce metástasis a los cinco años sólo sobrevive un 10 ó 20 por ciento de los pacientes.
Por ello, los avances en las técnicas de imagen han facilitado el diagnóstico de este tumor, haciendo que sea posible su detección en fases más tempranas, han facilitado que, en el 70 por ciento de los casos, se diagnostique un momento en el que aún es posible la curación, aunque «la mayor o menor supervivencia del paciente dependerá de la gravedad de la lesión local cuando se produce el diagnóstico», según este experto.