Fumar, igual que tomar cerveza, produce lo que podría llamarse “panza de fumador”, de acuerdo con la revista Obesity Research, en la que se publica un artículo de científicos ingleses.

Un grupo de investigadores de la Universidad de Cambridge y del Instituto de Investigación Médica de Reino Unido afirma que el consumo de cigarrillos conlleva una peor distribución de la grasa, que tiende a quedar acumulada en la zona abdominal.

Muchos fumadores creen que su hábito les protege de engordar y, por eso, lo mantienen. Sin embargo, este nuevo trabajo, que reseña The British Medical Journal, analiza el consumo de tabaco, el estilo de vida y las medidas corporales de casi 22 mil habitantes —hombres y mujeres— de Norfolk, Reino Unido.
Para ello, los participantes, de entre 45 y 79 años, tuvieron que llenar una serie de cuestionarios en los que se les preguntaba, entre otras cosas, sobre el uso de tabaco o alcohol, la ingesta de calorías, la actividad física o los estudios.
Además, los expertos midieron algunas partes del cuerpo como la cintura, la cadera o la zona situada entre ambas.
Esta última es una de las áreas en la que los investigadores centran su argumentación.
“Los fumadores habituales presentaron una mayor acumulación de grasa entre la cintura y la cadera, en comparación con los encuestados que afirmaron no consumir tabaco”.
Además, la investigación explica que cuanto más prolongado o más intenso haya sido el uso del tabaco más tiempo tendrán que pasar sin consumir las personas que deseen librarse de la grasa, concentrada en esa parte del vientre.