El tabaquismo acelera el declive cognitivo en ancianos, según un estudio multicéntrico publicado en Neurology. La pérdida de capacidad mental fue cinco veces superior en fumadores que en las personas que nunca han probado un cigarrillo.

Los investigadores, procedentes de universidades de Dinamarca, Francia, Holanda y Reino Unido, forman parte del proyecto de Acción Europea para el Estudio Epidemiológico de la Demencia (Eurodem, por sus siglas en inglés).

El estudio analizó los hábitos y los cambios en la función cognitiva de 9.209 personas mayores de 65 años que no padecían demencia. Se les midió su capacidad cognitiva mediante una prueba denominada mini examen sobre estado mental (MMSE, por sus siglas en inglés).

Entre las personas que no habían fumado nunca (41 por ciento de los estudiados), la pérdida de habilidad cognitiva en un año era de 0,03 puntos; los fumadores (22 por ciento) presentaron un declive de su capacidad mental de 0,16 puntos; por su parte, los exfumadores presentaron pérdidas cognitivas de 0,06 puntos anuales.

Cognición

Alewijn Ott, del Centro Médico Erasmo, en Rotterdam, Holanda, ha dicho: «Las cifras demuestran que fumar puede afectar negativamente a la capacidad cognitiva de los mayores». El tabaquismo dificulta la cognición de varias maneras: aterosclerosis e hipertensión incrementan el riesgo de ictus; además, los fumadores padecen pequeños infartos silentes que interfieren su capacidad mental con el paso del tiempo.