La FDA (Administración de Alimentos y Fármacos) de los Estados Unidos anunció ayer que «no hay estudios científicos convincentes» que apoyen el uso médico de la marihuana, en franca contradicción con la revisión hecha en 1999 por una comisión de respetados científicos.

El anuncio hará seguramente que este organismo enfrente una nueva y feroz batalla política.

Susan Bro, vocera de la FDA, precisó que la declaración de ayer es el resultado de una revisión combinada realizada por organismos de investigación, regulatorios y sanitarios que llegaron a la conclusión de que «fumar marihuana no tiene en Estados Unidos ningún uso médico probado o aceptado y no es en forma alguna un tratamiento médico autorizado».

Once estados norteamericanos legalizaron el uso médico de la marihuana, pero tanto la DEA (Agencia Antinarcóticos de EE.UU.) como el director de políticas nacionales de control de la droga, John Walters, se opusieron a estas leyes. Y una decisión del año pasado de la Corte Suprema autorizó al gobierno federal a arrestar a cualquiera que consuma marihuana, aún para fines médicos y aún en aquellos estados que legalizaron su uso.

Este anuncio de la FDA contradice la revisión hecha en 1999 por el Instituto de Medicina, parte de la Academia Nacional de Ciencias, el organismo asesor científico más prestigioso del país. Aquella revisión había llegado a la conclusión de que la marihuana sería «moderadamente conveniente para cuadros específicos, como las náuseas y vómitos provocados por la quimioterapia».

Desde entonces se sumaron varias investigaciones realizadas en otros países con resultados similares. El 11 de abril, la revista Cancer Cell divulgó un estudio preliminar realizado por instituciones públicas de España y Francia —en el que participó el médico argentino Juan Iovanna—, que mostró cómo un compuesto de la planta había logrado frenar tumores malignos en el cerebro y en el páncreas de ratones. La utilización del canabinoide D9-tetrahydrocannabinol (THC) produjo una activación de genes que dio muerte a las células malignas; los tumores dejaron de crecer y en algunos casos desaparecieron por completo.

Algunos científicos que se dedican a estudiar el uso médico de la marihuana revelaron en distintas entrevistas que el gobierno federal norteamericano desalienta activamente todas las investigaciones sobre el tema. De hecho, el doctor Donald Abrams, profesor de clínica médica en la Universidad de California, San Francisco, dijo estudiar los efectos médicos de la marihuana desde hace años pero haberse sentido muy mal porque el Instituto Nacional de Salud de EE.UU., principal organismo de investigaciones del gobierno, siempre se negó a financiar sus trabajos. En su opinión, fumar marihuana alivia a los pacientes de HIV.