La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) y la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), en colaboración con diferentes asociaciones de pacientes afectados, han elaborado un documento de consenso con tres fines fundamentales: informar de que el tabaquismo genera una adicción mucho mayor a otras drogas (cocaína o heroína), potenciar la prevención y lograr que se financie el tratamiento del tabaquismo en todo el país.
El mensaje es contundente: «Cada diez minutos fallece un paciente fumador en España», lo que significa que cada día la adicción a la nicotina causaría 150 muertes sólo en España.
No se cumple la ley
Pese a que el tabaquismo es una enfermedad adictiva crónica y, a juicio de estas sociedades, un problema de salud pública de primer orden, «Sanidad no ha articulado los mecanismos necesarios para prevenirlo y tratarlo adecuadamente», explica Juan Antonio Riesco, coordinador del área de tabaquismo de la Separ.
El problema para Gumersindo Rodríguez, presidente de la Federación de Laringectomizados de España y Asociaciones sin Humo (Fleash), es que en España no se cumplen las leyes, ya que «se permite que se venda un producto, el tabaco, que no cumple las normas de información de la composición del mismo y permite además que se adultere, algo reconocido abiertamente por las tabacaleras».
Por todo ello, asociaciones de pacientes y sociedades médicas presentarán en los próximos días ante las autoridades sanitarias un documento compuesto por diez criterios sobre los que deben incidir los programas de prevención y tratamiento del tabaquismo.
En este documento, los firmantes piden a todo el Sistema Nacional de Salud (SNS) que el tratamiento farmacológico antitabaco sea financiado de acuerdo a la siguiente propuesta: en fumadores que tienen patologías asociadas al consumo del tabaco; en fumadores que, aunque no tengan patologías asociadas al consumo del tabaco, las que padecen se agravan por su consumo; en fumadores sanos pero que han intentado dejar de fumar en varias ocasiones y han fracasado debido al alto grado de dependencia, en fumadores con enfermedades psiquiátricas que les hacen difícil el abandono del tabaco, y en fumadores con bajos recursos económicos. Hasta ahora sólo Madrid, La Rioja y Valencia financian el tratamiento, pero sólo en determinados casos.