Muchos son los casos en los que una persona se somete a un test de alcoholemia y obtiene un resultado de 0,0; pero lejos de cumplir las condiciones necesarias que se requieren para mantener los sentidos concentrados en la conducción, ha sido consumidor de algún tipo de «sustancia prohibida». Sin embargo, por el momento no existía en Logroño modo alguno de verificar si una persona se encontraba bajo los efectos de algún tipo de droga. Para erradicar este «vacío» en el control vial, desde ayer la Policía Local de Logroño cuenta con la ayuda del «Narcotest», una prueba que «puede detectar el consumo de marihuana, hachís y cualquier otra sustancia estupefaciente entre los conductores», según explicó ayer en su presentación, Miguel Sáinz, concejal de Interior.
Se trata de un test salival, «instantáneo, rápido y seguro», con una fiabilidad de 99,5%. La prueba se guarda en un sobre precintado que abre el propio conductor y contiene un bastoncillo que permite tomar una muestra de la saliva. Para que dé positivo, la persona ha tenido que consumir «sustancias ilegales» unas horas antes a su ejecución. Una de las dudas era si este test captaba no sólo el consumo que puede afectar a la conducción, sino el realizado por una persona en días anteriores. «Es una prueba fidedigna, que detecta el consumo de un tiempo reciente, no el de dos o tres días previos», aclaró el concejal.
Este método tiene como respaldo su validación internacional en países como Alemania, Francia, Suiza y otras ciudades de España. Con él se busca reducir los factores de riesgo ante la conducción y asegurar la seguridad del tráfico en la ciudad, para lo que se «incrementará el número de controles». La sanción para aquellos que se encuentren en la carretera con un control que utilice el «Narcotest» y dé positivo, será contundente. La multa por cometer esta «infracción administrativa» será de quinientos euros y la retirada de seis puntos del permiso de conducir.
Estas medidas se toman ante la elevada cantidad de consumo de este tipo de sustancias. Por poner un ejemplo, Sáinz señaló que durante el pasado fin de semana, la Policía Local realizó sesenta y cinco intervenciones preventivas en zonas de ocio de la ciudad para controlar «la tenencia de estupefacientes». El resultado fue revelador. En el 45% de los casos, estas personas llevaban alguna sustancia para su consumo propio, aunque la mayoría de los casos se trataba de drogas blandas, «principalmente marihuana y hachís».
Para efectuar este nuevo control, la policía cuenta con cinco equipos compuestos por cápsulas, cajas magnéticas y sus boquillas correspondientes, lo que ha supuesto un desembolso para el Ayuntamiento de 5.000 euros. «La Corporación tiene muy claro que no habrá tregua contra el alcohol ni las drogas al volante», recalcó Sáinz.
También recordó que el Gobierno local ha realizado en los meses de junio, julio y agosto, el doble de controles de alcoholemia en Logroño respecto al año pasado. En total, 1.200 pruebas, de las que resultaron positivas 364, un treinta por ciento del total. Esta cifra supone un descenso respecto al mismo periodo de 2010 del diez por ciento, «lo que muestra que los ciudadanos se están concienciando». Con esta nueva medida, espera una reflexión social y que descienda, del mismo modo, el nivel de consumo de drogas al volante.