No es una sorpresa que España lidere el consumo de sustancias adictivas en Europa. La combinación de una cultura del ocio profundamente arraigada, una ubicación geográfica estratégica para el tráfico de drogas y la idiosincrasia de la atención a esta problemática hacen que nuestro país tenga el dudoso honor de ser el primero en este ranking. Las adicciones siguen siendo un problema de salud pública y social, y subrayamos siguen siendo, porque a pesar de lo que se pueda pensar, esta cuestión sigue estando muy presente, aunque más oculta e invisibilizada que nunca, en la sociedad española.
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