Muchos fumadores habrán oído comentar que con chicles o pastillas de nicotina es fácil dejar de fumar y se hayan desanimado profundamente tras consumir dichos productos y volver de nuevo a fracasar en su intento de abandonar el tabaco. Ahora un estudio les da razón ya que ha demostrado que el 5% de los sujetos que tomaron este tipo de terapia consiguieron dejar este hábito. Así que cuando le vengan con la frase de «no será tan difícil», ya se puede justificar con datos en la mano.
Pocos han sido los estudios médicos que han valorado la eficacia a largo plazo de la terapia con nicotina para dejar de fumar. Ahora investigadores de la Universidad de Oxford han realizado un ensayo con un seguimiento de ocho años de personas que se habían sometido a un tratamiento de este tipo para dejar de fumar.
El ensayo, que valoraba la eficacia de los parches de nicotina, se realizó a lo largo de un año con 1.625 participantes, fumadores de al menos 15 cigarrillos al día. Sólo 840 completaron el seguimiento de ocho años y realizaron cuestionarios sobre el hábito tabáquico entre 1999 y 2000. Se asumió que aquellos que no finalizaron el seguimiento seguían fumando.
Sólo el 9% de los participantes dejó de fumar durante el año que duró el ensayo. La tasa de abstinencia fue del 5% y la de recaídas del 46% a lo largo de los ocho años de seguimiento.
De los 1.472 participantes que no consiguieron dejar de fumar durante el año que duró el ensayo, el 6% lo logró durante un año o más posteriormente. Por tanto durante el seguimiento, el 11% de los participantes del ensayo no fumó durante un año o más. Otro 2% lo había dejado durante al menos un año y el 88% todavía fumaba.
Los autores de este estudio, publicado en «British Medical Journal», concluyen que son necesarios otros métodos más eficaces para ayudar a la gente a permanecer si fumar a lo largo del tiempo.
Por otro lado, una investigación publicada en la revista «Thorax», ha observado que los fumadores que cuentan con un determinado gen tienen más dificultades para dejar el tabaco, sin embargo el lado positivo de esta circunstancia es que este genotipo parece que protege a estas personas y evita desarrollar enfisema pulmonar.
A esta conclusión llegaron los investigadores de la Universidad de Keio, en Tokyo (Japón), tras analizar el ADN de 203 fumadores o ex-fumadores con sospecha de enfermedad pulmonar obstructiva crónica y de 123 no fumadores y voluntarios sanos con pocos síntomas respitarios.
La variante del gen CYP2A6del, relacionado con la forma en que el cuerpo procesa la nicotina, parece inhibir a los fumadores de dejar de fumar y actua como un factor intrínseco contra el desarrollo de enfisema pulmonar.
«Estos resultados sugieren que la determinación del genotipo será útil en los protocolos que cuenten con productos con nicotina para dejar el tabaco, y con ellos se podrán realizar más estudios para conocer la patogénesis del enfisema pulmonar inducido por el tabaquismo», concluyen los autores de esta investigación.