El tabaquismo pasivo es un problema de salud, que deriva de la exposición al humo del cigarro.
Guadalupe Ponciano, de la Clínica contra el Tabaquismo, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), expresó: «el humo de tabaco que sale a través del filtro, de la parte apical del cigarrillo, tiene una composición química que es diferente al humo de tabaco que sale de la colilla; cuando estos dos tipos de humo se combinan en un espacio cerrado forman lo que se conoce desde un punto de vista toxicológico como humo de tabaco ambiental».
Justino Regalado, del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias, dijo: «en el humo de tabaco ambiental existen los mismos tóxicos, incluso en mayores concentraciones que aquellos que fuma el fumador. En México, el 30%, el 27% de la población entre 12 y 65 años fuma, fuma regularmente. Esto hace un total cerca de entre 14 y 17 millones de mexicanos que actualmente se exponen directamente al humo del tabaco».
Y el 36% de la población, es decir más 37 millones de habitantes alguna vez han inhalado humo de tabaco sin fumar.
Durante la combustión del tabaco se generan más de 4,500 sustancias químicas, algunas de ellas carcinógenas.
«Quienes están cerca de un fumador y comparten su ambiente, también está inhalando los mismos tóxicos que potencialmente producen cáncer en varios órganos del cuerpo e infartos al corazón», comentó Justino Regalado.
Aunque los daños a la salud son similares en fumadores activos y pasivos, los niños, mujeres embarazadas y personas con problemas cardiorespiratorios son los más vulnerables.
«Hace 28 años dejé el cigarro y entro a cualquier lugar que fuman y me ataca inmediatamente la garganta, porque aparte yo soy asmática, entonces para mí es muy molesto que alguien este fumando junto a mí», señaló María Antonieta Burgos.
Como factor de contaminación, el humo de tabaco provocó que en los últimos 10 años aumentaran de 20 a 30% los casos de enfermedades respiratorias y 30% el asma bronquial infantil.
«Son niños que tienen una gran cantidad de síntomas respiratorios, de tos, tos con flemas, sibilancias, es decir, son niños que el aparato respiratorio está recibiendo la agresión de respirar el humo de tabaco y por supuesto responde», indicó Guadalupe Ponciano.
Estudios de la UNAM realizados a esposas de fumadores revelaron un incremento de cáncer cérvico-uterino y de mama, así como alteraciones de niveles hormonales, disminución de la fertilidad, incremento de abortos, mortalidad perinatal y una reducción de 30 a 200 gramos en el peso de sus hijos.
Otras investigaciones indican que el humo de tabaco atrapa y activa el radón, un gas radioactivo que emana de las construcciones.
«El humo de cigarro deposita este gas que es radioactivo en el epitelio de nuestros pulmones y desde ahí empieza a radiarlo, emite partículas alfa y esas partículas pueden dañar el núcleo de una célula y al dañarlo fallan los mecanismos de reparación que todos tenemos del DNA, entonces se puede generar un cáncer de pulmón», explicó Rafael Barbabosa.
Día a día mueren 160 personas a causa de enfermedades asociadas al tabaquismo, de los cuales el 10% no fueron fumadores activos.
«De repente hay gente que no entiende y se mete a fumar a los baños, entonces entra uno al baño y está el olor, lo que hago es mejor salirme porque la gente es muy especial cuando les dice uno ¡oye está prohibido aquí!, no pues me vale, contestan de manera grosera», destacó Fermín Garrido.
Paradójicamente, el hogar es el sitio en donde más se expone al humo de tabaco.
«Estoy conciente y he sido tan tonto que sigo fumando y ella también. Es un vicio», añadió Alejandro y Almudena.