En México se está consumiendo una nueva modalidad de droga, cinco veces más adictiva que la cocaína con efectos psicológicos intensos y repercusión criminal destacable por la perturbación mental que ocasiona al momento de ser inyectada.

El Consejo Estatal Contra las Adicciones del estado de Chihuahua reporta casos en niños menores de 12 años que han desarrollado la adicción a esta droga.

Conocida como speedball, es un combinado de heroína y cocaína que mantiene por un determinado tiempo el efecto de euforia, alegría y potencia en quienes la consumen.
Estudios de la Secretaría de Salud revelan que Ciudad Juárez, Tijuana y Nuevo Laredo son las principales ciudades en donde se ha detectado su consumo.

La ingesta de ambos tóxicos se realiza para evitar el efecto sedante de la heroína. La mezcla de un depresor con un excitante, ambos de gran potencial, provoca un estado de aturdimiento general, incoherencia, obnubilación, estupor, sopor y estado general confusión.

La heroína es un depresor del sistema nervioso central que actúa sobre los receptores del cerebro mitigando el dolor, explicó a Crónica el Director Técnico en Adicciones del CONADIC, Ángel Prado García, “que en combinación con la cocaína, causa una sensación de euforia y depresión del sistema nervioso central”.

Los adictos al speedball intentan evitar las consecuencias desagradables de la cocaína, manteniendo el efecto de euforia, alegría y potencia que proporciona.

Esta unión provoca descontrol y descoordinación psicomotriz, con riesgo de coma y muerte. Pueden presentarse cuadros delirantes paranoides, así como depresiones de gran intensidad, alucinaciones auditivas, sensoriales y visuales.

La gente que la combina habitualmente obtiene euforia, bienestar generalizado con mucho menos sedación, es decir, “están más alerta, lo que es doblemente riesgoso”, indicó el experto.

El consumo de esta droga puede ocasionar depresión respiratoria, “la cocaína produce efectos sobre la frecuencia cardiaca, las células del corazón pueden contraerse generando un paro cardiaco”, dijo.
Los principales órganos que se ven afectados por esta mezcla de estupefacientes son el corazón, el riñón y el hígado, porque la sustancia se metaboliza a nivel hepático, abundó Prado García.

Además, es posible la diseminación de algunas bacterias y virus por compartir jeringas contaminadas –por ser una droga inyectable— como el virus del Sida, de la hepatitis C y B.
Dentro de esta modalidad, señaló el especialista, “existe el speedball mexicano que es la combinación de la heroína con metanfetaminas tipo cristal, que causa sensaciones similares a la ocasionada por el consumo de la mezcla de heroína y cocaína”, añadió.
Cabe destacar, señaló Ángel Prado, que diversos organismos de la sociedad civil como el grupo “compañeros” están trabajando de manera conjunta con la Universidad de San Diego en la zona de Tijuana y Ciudad Juárez para combatir este problema.