El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, inició hoy la difícil tarea de tratar de erradicar el extendido hábito entre el cuerpo diplomático de fumar en la sede de la organización en Nueva York, uno de los pocos rincones de la ciudad donde todavía se puede encender un cigarrillo.

La portavoz de Naciones Unidas, Michele Montás, dijo que Ban estudia qué medidas adoptar para poner en práctica una resolución aprobada el pasado lunes por la Asamblea General que prohíbe el consumo y la venta de tabaco en el emblemático edificio de la organización en la Gran Manzana.

La resolución advierte del efecto nocivo del consumo pasivo del humo del cigarrillo, que puede conducir a la contracción de enfermedades y a la muerte.

Por ello, el texto insta a la prohibición del consumo y la venta de tabaco en el interior de la sede de Naciones Unidas, y recomienda una política similar en sus instalaciones en el resto del mundo.

Montás señaló que la primera medida tomada por el secretario general fue el envío de una circular al personal de la ONU en la que pide que se deje de fumar en la sede, pero recordó que las delegaciones diplomáticas no están obligadas a seguir las indicaciones de Ban.

«El problema en este caso es que los diplomáticos siguen fumando en el Café Viena», apuntó la portavoz, en referencia a una de las tres cafeterías del inmueble de Nueva York.

Miembros del cuerpo diplomático, e incluso personal de la ONU, ignoran diariamente en el Café Viena y en la cafetería de la Sala de Delegados los carteles de prohibido fumar que recuerdan la política en materia de tabaquismo de Naciones Unidas.

El portavoz de la Asamblea General, Enrique Yeves, indicó que la resolución adoptada el lunes deja a discreción del secretario general la implementación de medidas concretas, pero le exige la presentación en 2009 de un informe sobre esta materia.

Por su parte, la directora de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Margaret Chan, celebró la recomendación de la Asamblea como un paso en la protección de la salud de los delegados, los empleados y los turistas que visitan la ONU.

«Los Estados miembro establecen un ejemplo tremendo con la prohibición de fumar y la venta de tabaco en instalaciones de la ONU», agregó.

La OMS advirtió en un informe en febrero que el tabaco matará a 1.000 millones de personas en el siglo XXI si las autoridades sanitarias no adoptan medidas urgentes.

Sólo el 5 por ciento de la población mundial, según el estudio, vive en países donde se ha implementado alguna de las medidas clave promovidas por la agencia de la ONU para reducir el consumo de tabaco.

Así, un 40 por ciento de los países todavía permite fumar en hospitales y escuelas, mientras que el 95 por ciento de los habitantes del planeta vive en naciones donde está permitida la publicidad de las tabaqueras.

En esa ocasión, Chan citó a Nueva York como un ejemplo de puesta en práctica del tipo de políticas públicas que se deben implementar para evitar que sigan muriendo cada año 5,4 millones de personas por culpa del tabaco.